La entrega de los tres secuestrados es gesto calculado de las FARC para tener interlocución

Bogotá.-  La decisión de la guerrilla colombiana de las FARC de liberar a tres de sus secuestrados, entre ellos un niño nacido en cautividad, ha sido interpretada como un gesto calculado de los rebeldes para conservar la interlocución que han ganado con la entrada de actores internacionales en la crisis, dijeron hoy analistas.

Las FARC "son una fuerza muy racional y tienen un esquema de actuación muy calculado", dijo a Efe el experto Luis Eduardo Celis, asesor de asuntos de paz de la Corporación Nuevo Arco Iris, una Organización No Gubernamental (ONG) que trabaja por una salida negociada al conflicto armado interno.

Celis advirtió de que los rebeldes se mantenían hasta hace poco inflexibles en su postura de que los 45 "canjeables", más el niño, serían liberados en conjunto, mediante un acuerdo humanitario con el Gobierno del presidente colombiano, Álvaro Uribe.

En esas circunstancias asumió el gobernante venezolano, Hugo Chávez, su tarea como mediador en esta crisis, lo que hizo a mediados del pasado agosto, por invitación de la congresista colombiana Piedad Córdoba, previamente autorizada por Uribe como facilitadora.

Ambos entraron en escena cuando el presidente francés, Nicolas Sarkozy, persistía en sus esfuerzos en favor de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, también nacional francesa y secuestrada en febrero de 2002 junto a Clara Rojas, su compañera de fórmula electoral de entonces y madre de Emmanuel, niño que procreó en una relación con un rebelde.

Emmanuel, Rojas y la ex congresista Consuelo González de Perdomo son los tres rehenes que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tienen previsto liberar en breve, como lo anunciaron el pasado martes, en desagravio a Chávez y a Córdoba por la decisión de Uribe de poner fin a sus tareas humanitarias.

"El tema ronda por todo el mundo, las FARC han hecho un cálculo, dicen que ganan un espacio, toman la iniciativa política de liberar a estas tres personas y, con esto, se dan un aire en la interlocución", consideró Celis.

La decisión "es un gesto positivo que debería conducir a un acuerdo humanitario que permita la liberación de todos los secuestrados", opinó el director de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes, no gubernamental), Jorge Rojas.

Sin embargo, Rojas subrayó: "es lo menos que podrían hacer las FARC frente a la presión humanitaria internacional que se ha generado en los últimos meses".

El ex ministro de Defensa y ex senador Rafael Pardo dijo a Efe que, aunque falta que los rebeldes cumplan lo anunciado, "era previsible que irían a hacer un gesto (...) con motivo de la separación del presidente Chávez del proceso de mediación".

Los analistas no son optimistas en cuanto a lo que pueda seguir tras la entrega del niño y las dos mujeres, sobre todo después de que las FARC se afirmaran en su exigencia de que sólo negociarán un acuerdo en una área sin tropas conformado por los municipios de Florida y Pradera, cercanos a Cali (suroeste).

Con ello, rechazaron la "zona de encuentro" de no más de 150 kilómetros cuadrados, en algún paraje selvático, que Uribe ofreció el pasado 7 de diciembre en respuesta a una iniciativa de la Iglesia Católica.

"El Gobierno debe esperar", consideró Pardo, en tanto que Celis y Rojas coincidieron en que es difícil que las FARC cambien de postura.

Celis dijo que Uribe puede aceptar, como "salida razonable", la condición rebelde sobre Florida y Pradera (cuya área conjunta es de 802 kilómetros cuadrados), si es del caso sin retirar la Fuerza Pública de los cascos urbanos, mediante un consenso previo con los insurgentes.

Es una vía que Uribe debió aceptar en el pasado, sostuvo Rojas, para quien la postura inflexible del gobernante les ha dado a las FARC "una 'zona de despeje' (desmilitarizada) política nacional e internacional que no sospechaban que pudieran tener".

El mismo experto apuntó que ahora sólo queda como "opción final" un encuentro cara a cara de Uribe con el fundador y jefe máximo de las FARC, "Manuel Marulanda", alias "Tirofijo".