Pero no todo estaba dicho. Todavía Lehman no había hecho su última cantada. En la recta final del partido, el portero alemán tapaba muy mal el hueco ante el delantero turco Senturk, que establecía la igualdad en el marcador. Sólo quedaban cuatro minutos para el final del partido, y los aficionados tenían la prórroga en la cabeza.