Llegar a Wenchuan, el epicentro del terremoto ocurrido el pasado 12 de mayo, sigue siendo cinco días después una auténtica odisea, pero, en compañía de miles de soldados que viajan al lugar para ayudar a las víctimas, es posible entrar y hacerse una idea del dolor y la destrucción causados por el seísmo. La carretera a Yinxiu, el pueblo más devastado del distrito (7.000 de sus 10.000 habitantes murieron), está sembrada de grandes rocas y automóviles atrapados bajo ellas, lo que hizo que en los primeros días sólo pudieran llegar allí paracaidistas militares. Ahora, otra forma de acceder a este pueblo es con las lanchas que usa el Ejército Popular de Liberación (ELP) para enviar la ayuda humanitaria a esta remota zona del norte de la provincia de Sichuan.