El mes de tregua que los productores agropecuarios argentinos dieron al gobierno de Cristina Fernández tras una huelga de 21 días se ha convertido en una incómoda cuenta atrás en la que la tensión va en aumento a medida que pasa el tiempo sin que se concreten fechas para la negociación. Las principales asociaciones del campo solicitaron una reunión urgente a la presidenta, que, según medios locales, de momento dejará las conversaciones en manos de los técnicos y no se sentará con los productores. Una de las organizaciones implicadas en el conflicto, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), lanzó el martes un ultimátum para que se defina un calendario de negociaciones en un máximo de 48 horas.