Las fuerzas armadas chinas no confían en el resultado del ultimátum dado a los "agitadores" en Tíbet para que se entreguen antes de la medianoche del lunes y les busca casa por casa en Lhasa, una ciudad en aparente calma y en la que al menos 30 personas pueden haber muerto. El alcalde de Lasha, Doje Cezhug, aseguró hoy que la ciudad "está en calma" y que "la situación general en el Tíbet es buena" tras los graves disturbios registrados el viernes. 1'03''