La sesión de descontrol

En la sesión de control al Gobierno celebrada ayer, algunos miembros del Ejecutivo parecieron por momentos perder precisamente el control, para dar rienda suelta a los nervios, sin duda  fruto de la tensión acumulada durante las últimas semanas.

Malos tiempos para Rubalcaba y De La Vega

Pocas veces se habrá presenciado una sesión de control al Gobierno como la que ayer tuvieron ocasión de “disfrutar” sus Señorías, ante el estupor de la mayoría de periodistas allí concentrados a juzgar por las opiniones que esta mañana hemos podido leer en los principales diarios.

Los protagonistas de excepción  del show parlamentario en el que se transformó por momentos el Hemiciclo fueron el ministro del Interior, Rubalcaba, y la Vicepresidenta De La Vega. El primero no tuvo mejor ocurrencia para defenderse de las acometidas de la oposición, en relación a las escuchas ilegales y al caso Faisán, que acusar al PP de compartir con ETA el mismo gusto por sacar a la luz de forma interesada los GAL. Un golpe bajo absolutamente mezquino y falaz con el que Rubalcaba ha perdido cualquier argumento de defensa que pudiera tener ante la opinión pública. Si le queda algo de dignidad política, debería dar ejemplo pidiendo excusas de forma inmediata.

Por su parte, De La Vega, tampoco se quedó atrás al afirmar que el PP, con tal de sacar tajada política de la crisis del Alakrana, sería capaz de alinearse incluso del lado de los piratas. Otra salida de pata de banco por parte de un miembro del Ejecutivo, curiosamente cuando apenas unas horas antes, el propio presidente del Gobierno había agradecido la conducta leal del principal partido de la oposición durante todo el secuestro. La vicepresidenta no debiera ahora rasgarse la vestiduras porque una vez solucionado el espinoso asunto, al menos en lo que se refiere a la liberación de los marineros, la oposición cumpla con el papel que le corresponde como tal.

Parece claro que este Gobierno lo que quiere es que todos aplaudan con las orejas todas sus decisiones y actuaciones, aun cuando alguna de éstas –digo alguna por ser generoso- se manifiesten erróneas se miren por donde se miren.

En el primero de los asuntos, el que se refiere a las escuchas ilegales, los socialistas han tratado una y otra vez de defenderse argumentando que el SITEL –el ya famoso sistema de escuchas- fue implantando por el anterior gobierno del PP. Sin dejar de ser cierto este apunte, no lo es menos el que con el PP el Sitel nunca llegó a utilizarse, y no fue sino hasta la llegada de José Antonio Alonso -actual portavoz del PSOE en el Congreso- cuando se puso realmente en funcionamiento.

En cuanto al caso Faisán, lejos de perder relevancia, cada día cobra mayor intensidad. A ello ha contribuido ahora el juez Baltasar Garzón quien ha ordenado a la Policía Científica que investigue el vídeo del bar Faisán en el día en el que se produjo el presunto chivatazo que hizo fracasar la operación policial prevista contra la red de extorsión de ETA. Parece ser que el video pudo ser alterado y de este modo, se trata ahora de comprobar, según señala en su auto el juez Garzón, si esas alteraciones son accidentales, o por el contrario, fueron intencionadas.

Por último, ¿qué más se puede decir sobre la gestión del Gobierno en la crisis del atunero Alakrana? Resulta que ya nadie se atreve a asegurar si de verdad hubo desembarco de rehenes en tierra Somalí –cuando la ministra Chacón había declarado en su día conocer perfectamente su paradero-, y hoy hemos conocido además las declaraciones del patrón del barco que afirma que no hubo ningún tiro efectuado por las tropas españolas como se expuso ayer tras conocerse la noticia de la liberación.

Lo que sí sabemos, por las informaciones recogidas hoy en un diario, es que incapaz de poner fin a la crisis en la que está sumida España, el presidente Zapatero sí ha sido capaz de dar un impulso notable a la economía somalí. Nada menos que ocho han sido las bodas contraídas ayer por piratas –¡qué entrañables estos angelitos que se casan por amor y todo!- gracias a la aportación generosa del gobierno español. Y que además, sectores clave para la economía de todo país emergente, como el que representan las putas, han podido incrementar sus honorarios de los 100 dólares a los 2000 por idéntico servicio, para aquellos apenados piratas que no hubieran podido encontrar al amor de su vida . No hay problema por el precio. Barra libre para todos. Paga España, cortesía de Zapatero.

Cuando una sesión de control al Gobierno acaba tornándose en una sesión de absoluto descontrol y desenfreno dialéctico por parte de los propios miembros del gobierno, uno comienza a cuestionarse si no será el momento de plantearse medidas extraordinarias. ¿Unas elecciones anticipadas por ejemplo? Podría ser un balón de oxígeno para el PSOE, para quien en estos momentos cada día que pasa, representa una verdadera sangría de votos.