Existe un consenso generalizado en fechar el inicio del punk a mediados de los años 70, con la irrupción simultánea a ambos lados del Atlántico de dos escenas localizadas en Nueva York y Londres, con Ramones y Sex Pistols como cabezas más visibles. Sin embargo, este fenómeno llevaba algún tiempo larvándose. Bandas de Nueva York como The Velvet Underground, The New York Dolls o The Dictators se pueden considerar precursoras del movimiento. Especialmente significativa es la aparición a finales de los 60 en la industrial ciudad de Detroit, conocida musicalmente hasta entonces por el soul amable de Motown, de dos grupos que habían de ser referencia en la década posterior y cuya propuesta, justo cuarenta años después de su debut discográfico, sigue conservando todo su atractivo y vigor. Hablamos, por supuesto, de MC5 y The Stooges.
Iggy Pop
James Newell Osterberg era un chico de Ann Harbor, una localidad del estado de Michigan cercana a Detroit, que tocaba la batería en algunas bandas locales a mediados de los 60. El nombre de una de esa bandas, The Iguanas, es el responsable del apodo que había de llevar James durante el resto de sus días: Iggy (más tarde adquiriría el apellido Pop). El joven Iggy, fascinado por Paul Butterfield Blues Band, Muddy Waters, John Lee Hooker y otros grandes del blues, emigró a Chicago en 1967 con el fin de aprender la técnica. Tras unos meses regresó sin haber aprendido a tocar como sus maestros pero con el convencimiento de que, al igual que éstos volcaban sus experiencias, miserias y anhelos en sus canciones, él también debía utilizar la música para escupir la rabia y desazón que latía en su interior.
Así que el joven Iggy regresó a Ann Harbour y formó The Stooges junto a los hermanos Asheton (Scott y Ron) y Dave Alexander. Los conciertos vibrantes y abrasivos del grupo pronto lo catapultó al estrellato local. Aquellos primeros directos se caracterizaban por un sonido atronador fruto de las guitarras saturadas y el uso de peculiares instrumentos de todo tipo, desde batidoras hasta tablas de lavar o bidones de gasolina que usaban como instrumentos de percusión. Pero lo más característico del directo de los Stooges era la actuación al micrófono de un Iggy hiperactivo, salvaje y temerario, que lo mismo se arrojaba sobre la multitud que posaba su pene sobre un amplificador, vomitaba sobre las primeras filas de público o terminaba bañado en sangre tras autoinfligirse cortes con botellas rotas.
Aquellos primeros conciertos de The Stooges tuvieron lugar en el célebre Grande Ballroom de Detroit, teloneando a MC5, un grupo que ya era una pequeña celebridad en la ciudad con su rock primitivo y directo. El mensaje nihilista de los Stooges estaba desprovisto de connotaciones políticas. Los MC5, en cambio, era un grupo políticamente comprometido y activo. Su manager, John Sinclair era un destacado cabecilla contracultural y uno de los líderes de los Panteras Blancas, organización revolucionaria a la que también pertenecían los integrantes del grupo. Eran tiempos políticamente convulsos y las calles de Detroit estaban en ebullición.
Los ecos de lo que estaba sucediendo en Detroit llegaron hasta Nueva York. Danny Fields, un periodista que había pertenecido al círculo de la Factory de Warhol y que en aquel momento trabajaba para Elektra Records -un modesto sello de folk que estaba triunfando con el primer disco de The Doors y donde también habían grabado los Love de Arthur Lee- viajó hasta la ciudad del motor para ver en directo a MC5 e intentar ficharlos para su compañía. El concierto de MC5 le reafirmó en su idea de contratarlos, pero además quedó prendado del grupo que actuó antes, unos tal Stooges. Fields consiguió que ambas bandas firmaran para la discográfica.
1969 fue el año en que todo ese torrente de fuerza y creatividad se materializó en vinilo. Kick out the jams, el debut de MC5, se grabó en directo en el Grande Ballroom en octubre de 1968 y se editó en febrero del año siguiente. El disco, con canciones como Kick Out the Jams, Ramblin Rose, Rama Lama Fa Fa Fa y Starship, reflejaba a la perfección el rock vitalista, directo y agresivo que la banda exhibía en sus actuaciones en vivo. Por su parte, The Stooges se presentaron en Nueva York en abril de 1969 para grabar lo que sería su debut homónimo con John Cale de productor. La compañía, al comprobar que no tenían las suficientes canciones para completar el disco, les instó a componer más temas. Sobre la marcha, el grupo escribió Not right, Real cool time y Little doll justo antes de entrar a grabar. La grabación no estuvo exenta de roces entre la banda y Cale. Aquéllos pretendían grabar con el sonido saturado y apabullante de sus conciertos y se resistían a que su sonido fuera rebajado y pulido por Cale. El resultado es un disco imprescindible, con indiscutibles clásicos como I wanna be your dog, No fun o 1969, aunque quizá no mostrara en toda su extensión la crudeza del grupo en directo.
En unos pocos meses habían visto la luz dos discos que serían piedra fundacional para el movimiento punk que nacería un lustro después. Dos trabajos que aún tendrían continuación, pese a que la inevitable cuenta atrás, precipitada por el espíritu autodestructivo de los protagonistas, el escaso éxito comercial y los abusos de todo tipo de sustancias, estaba en marcha. MC5 fueron expulsados de Elektra y fueron fichados por Atlantic records, donde tuvieron tiempo de grabar dos álbumes más, Back in the U.S.A. (1970) y Hight time (1971), antes de separarse.
El siguiente paso de Iggy y compañía fue Fun house (1970), un álbum en el que recuperaban la crudeza de sus primeros directos, pero que también tuvo escasas ventas. Esto, unido a los problemas con las drogas –todos menos Ron Asheton eran adictos a la heroína- que provocaba que los conciertos fueran cada vez más imprevisibles, llevó a Elektra a rescindir su contrato. La actividad de la banda quedó en suspenso hasta que llegó David Bowie a rescatar a su amigo Iggy. En febrero de 1973 vio la luz Raw Power, grabado en Londres de la mano del Duque Blanco y acreditado a Iggy & The Stooges, cerrando así una trilogía de calidad e intensidad insuperable.
En febrero de 1974 The Stooges se separaban. Un mes después, el 30 de marzo, los Ramones, unos chicos de Nueva York que habían congeniado gracias a su pasión compartida por los Stooges, tocaban por primera vez en el CBGB. La semilla del punk, que llevaba unos años germinando, estaba a punto brotar.
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Dos libros imprescindibles para quien le interese el tema:
'Por favor, mátame: la historia oral del punk'. Legs McNeil, Gillian McCain.
'The Stooges. Combustión espontánea'. Jaime Gonzálo.
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P.D. Tenía este texto a medio escribir cuando me sorprendió la noticia del cierre de soitu. Después de dudarlo, he decidido terminarlo y colgarlo aquí, en 'Uno de los nuestros', el rincón que ha sido mi casa durante casi dos años. Quiero pensar que, al igual que Stooges y MC5, soitu es sólo el gérmen de lo que vendrá después, que ha servido de nexo para que mentes inquietas se conozcan y servirá de inspiración a proyectos futuros de los propios protagonistas y de otros. Soitu han sido los Stooges. Esperamos a los Ramones.
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