"Te voy a contar mi secreto..."

En 2004, Frank Warren, de Maryland, tuvo una idea genial. Pidió a gente anónima que confesara secretos de los que nadie nunca había conocido nada. Warren era dueño de un negocio de distribución de documentos y dada su confianza en el servicio postal americano, decidió que la mejor manera para canalizar los secretos era que cada participante los enviara a su buzón.

Secretos excitantes

Para poner las cosas fáciles, comenzó imprimiendo 3.000 postales vírgenes y repartiéndolas por los puntos más concurridos de Washington. Cada postal iba acompañada de una dirección y una directriz: “Estás invitado a contribuir de forma anónima en un proyecto de arte grupal. Arrepentimiento, temor, traición o humillación de la infancia. Revela lo que desees con tal de que sea cierto y no lo hayas compartido anteriormente con alguien. Sé breve, legible y creativo”.

Cinco años después de este brote entre la performance urbana y las técnicas de autoayuda, el mundo de los secretos de Frank Warren, llamado PostSecret, ha cuajado de tal forma que cada semana recibe 1.000 postales, acumulando ya 150.000 obras anónimas. Algunos de las mejores confesiones están volcadas en un blog con cuatro millones de visitas cada mes y ediciones en francés, alemán, español y coreano. Frank Warren, mientras tanto, hace horas extras en la televisión estadounidense, desvelando las revelaciones más explosivas:

• “Yo apoyo a nuestras tropas enviando fotos con desnudos a mi soldado en Iraq”
• “Mi mujer no cepilla su perro. Así que pongo los pelos del animal en su comida”
• “A veces, pienso en mis estrellas favoritas de Food Network cuando me masturbo”
• “Cuando el ratoncito Pérez me dejó dinero bajo la almohada, devolví los pocos dólares al bolso de mi madre a escondidas. Era madre soltera y trabajadora”
• “Orgullo y Prejuicio me excita más que cualquier porno o erótico”
• “Los años que pasé en Iraq fueron probablemente los mejores de mi vida gracias a él. Ojalá pudiera haberme quedado allí para siempre”
• “A veces pongo monedas en los parquímetros de otros”
• “Tuvimos conversaciones X en las calles de un país extranjero porque nadie podía entendernos”.

Entre las razones del éxito, además de la erótica del secreto, está la importancia del soporte. La postal, elemento retro por excelencia, es el sostén perfecto para confesiones que pertenecen al pasado. Según Frank Warren, postal más secreto constituyen “un haiku gráfico, bonito, elegante, pequeño en estructura pero poderoso emocionalmente”.

Bajo la promoción de International Arts & Artists, PostSecret ha cumplido ya su objetivo de afianzarse como propuesta de arte grupal. Las mejores postales se exhiben en un tour que comenzó en 2007 en Canadá y que terminará en 2013 en Carolina del Sur.

“Detesto trabajar como conserje para gente rica arrogante. Así que limpio los teclados de sus ordenadores con el cepillo del váter”. ¡Quién fuera Frank Warren para leer decenas de secretos al día!