La familia Rodríguez en la Casa Blanca

Zapatero ha responsabilizado a los medios de "romper el pacto tácito" para preservar la intimidad de sus hijas, por lo que la fotografía en las que éstas aparecían en público en su visita a la Casa Blanca, ha tenido que ser convenientemente retocada.

La foto sin censura circula ya por internet

Ni la subida de impuestos, ni el duelo Messi Cristiano Ronaldo, ni las vicisitudes del PP valenciano; la noticia de la semana ha sido la fotografía de la familia Rodríguez, o siendo más precisos, la familia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la Casa Blanca.

Se suele decir que cuando algo nace mal parido, las posibilidades de que luego crezca mal son mucho mayores, y en este caso sin duda así ha sido. Y es que para empezar nadie desde la Moncloa comunicó que Zapatero iba a viajar a EEUU con su familia, algo sobre lo que se podría opinar, desde el momento en que sorprendentemente no hay nada escrito en relación a lo oportuno o no de que el presidente viaje con su familia a costa del erario público. Para otros países puede parecer lo más normal, pero en el nuestro, existen personas a las que les parece un derroche innecesario. Sinceramente no creo que nuestra ya de por sí maltrecha economía se vaya a resentir por el hecho de que Zapatero viaje con su encantadora familia. Pero en cualquier caso, debería ser algo estipulado y clarificado por escrito, de modo que cualquier presidente supiera a qué atenerse para que no hubiera ningún malentendido. Es pura cuestión de imagen, nada más.

Pero con independencia de este hecho de partida, el verdadero meollo de la cuestión ha sido cuando después de acceder Zapatero a que su familia fuera fotografiada junto al matrimonio Obama, una vez la fotografía fue posteriormente publicada, desde el Gobierno se instara en virtud de un supuesto acuerdo de Zapatero con la prensa, a que la imagen fuera “censurada” de modo que las caras de las hijas del presidente aparecieran convenientemente difuminadas para preservar su intimidad.

Esta decisión resulta a todas luces absurda cuando la propia Casa Blanca había publicado la foto sin ningún tipo de censura en su web, como resulta lógico al tratarse de una instantánea tomada en una acto de índole público celebrado en sus instancias.

El Gobierno, con Zapatero al frente, equivoca con ello totalmente su postura. Si quiere salvaguardar a sus hijas del acoso de la prensa o de la opinión pública, en primer lugar podía haber evitado que éstas viajaran a EEUU, pero sobre todo, podía haber sorteado la situación de que posaran para los medios, y no digamos ya, el que lo hicieran disfrazadas de rollo gótico.

Porque no queramos ir de enrollados por la vida. El hecho de que dos adolescentes acudan vestidas de semejante guisa a un acto oficial en la Casa Blanca no es sino una falta absoluta de saber estar, lo mismo que si se hubieran presentado en plan rapero, heavy o de bermudas. Por supuesto que ellas tienen todo el derecho del mundo a ser y vestir como les plazca y como les consientan sus padres, pero tan absurdo y fuera de lugar resulta presentarse vestido de gótico en la Casa Blanca como irse a tomar una caña al bar de la esquina con esmoquin. Lo mejor sin duda de la fotografía en cuestión es la sonrisa de Obama y su mujer Michelle, como si con ellos no fuera el tema, sin olvidarnos tampoco del vestido negro de Sonsoles, quien tal vez buscaba con él disimular o restar en parte protagonismo al atuendo de sus niñas.

El hábito no hace al monje, pero sin duda muy poco nos dice a favor de Zapatero el que consienta algo así en sus hijas. No seré yo quien cuestione la educación recibida por las hijas del presidente. Nada malo hay que en las niñas sean góticas, barrocas o renacentistas, pero nada bueno hay tampoco en que la gente no sepa estar en el lugar que le corresponde. Porque les guste o no, forman parte de la familia del presidente del Gobierno de España, y como tales han de comportarse y de dar imagen. Defender lo contrario es abogar porque que cada uno pueda hacer lo que le venga en gana en cualquier momento o lugar. Hoy de góticas y mañana en pelotas.