El contexto del optimismo ferial

Cierta tendencia a la endogamia y la falta de contraste con el exterior lastran las que podrían ser excepcionales cifras de la Feria de Albacete, en el año previo a su III Centenario

Está contenta y se le nota. No le faltan motivos: 600.000 visitantes en los primeros siete días permiten ensoñar el millón de asistentes cuando la Feria termine, y eso, en crisis, es para darse con un canto en los dientes. La alcaldesa de Albacete, Carmen Oliver, presentó el avance de los siete primeros días de esta cita previa a la Feria del III Centenario. Sus cifras, como las que se dan en cualquier balance institucional, son correctas pero están incompletas. Además del número, se debe entender qué significado tiene; y entonces sí se podrá saber qué puesto ocupa la Feria. Si nos acompañan, les proponemos un viaje a través de la comparativa. Sin ofender.

Pongamos por caso que entre el 7 y el 17 de septiembre de 2009 la ciudad hubiera acogido, finalmente, a un millón de visitantes. Está difícil, porque los platos fuertes ya han pasado: solo la cabalgata, la batalla de flores y la ofrenda a la Virgen han supuesto 170.000 visitantes, más de la cuarta parte del total de los contabilzados. Pero supongámoslo de todas maneras. Con esa cifra, Albacete (su Feria) puede presumir de estar a la altura de los siguientes eventos: el Salón del Automóvil de Barcelona, la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, la Semana Negra de Gijón, la Feria de Zafra, la Feria de San Lucas en Jaén, la cremá de les fogueres de Alicante y dos veces la Feria de Marbella.

Nada como el Salón de Barna
Ni más, ni menos. Si medimos la rentabilidad, es decir, número de asistentes entre coste para el erario público, la Feria de Albacete no sale precisamente bien parada. Al menos según las informaciones recogidas en prensa. El millón y medio de euros presupuestado para este 2009 no llega, ni de lejos, a los 34 millones que cuestan los stands de la Feria del Automóvil de la capital catalana, pero rebasa en todos los demás casos a la inversión de los eventos que rondan el millón de visitantes.

En el caso de la Semana Negra de Gijón, que ya no es semana porque dura diez días como nuestra Septembrina, el coste de es de un euro por visitante. Es decir, un millón de euros. Con ese dinero se consigue aunar tres festivales, poner en circulación más de 54.000 libros, otorgar cinco premios literarios y 3.000.000 (tres millones) de accesos a la página web de este festival.

La bronca de Lorca
La Feria de San Lucas del millón de asistentes fue la de 1.998, sin que mediara un evento especial que justifique más visitantes que en otros años. Los datos de 2007 hablan de un presupuesto de unos 770.000 euros para diez días de feria, que sólo un año antes habían supuesto un desembolso de un millón de euros.

En cuanto a la Feria del Libro de Buenos Aires, esta supone un coste de un millón... de pesos argentinos, que al cambio supone poco más de 117.000 euros. Y ya que hablamos de cifras, tómese nota de la reciente bronca organizada por la oposición socialista en el Ayuntamiento de Lorca (Murcia), a cuenta de la rebaja del presupuesto de la Feria, de casi medio millón de euros a 337.000, dos semanas antes del inicio de los festejos.

En todo caso, con los 600.000 habitantes apuntados ayer por la alcaldesa, la Feria de Albacete ya es equiparable, en esta edición 2009, a la edición del festival PhotoEspaña del año 2006, a la programación anual del Recinto Ferial de Barakaldo, y a la cifra total de visitantes con la que el sector turístico granadino esperaba salvar, durante este verano, la crisis económica.

El salto a la referencia
Con todo, la verdadera prueba de la presencia de la Feria de Albacete sería que alguien, en algún lugar de Buenos Aires, de Gijón, de Barcelona, de Marbella, de San Lucas, de Madrid, de Barakaldo o de Granada comparara las cifras de asistentes a estos u otros eventos con los que registra durante diez días nuestra Septembrina. Entonces, el motivo de satisfacción sería doble: primero, por el recuento de asistentees; segundo, por convertirnos en referencia para el resto del mundo.

A día de hoy, la búsqueda en el gigante de Internet, Google, para la expresión "como en la feria de Albacete" sólo arroja un resultado. Excluida la preposición "en" la cifra sube a nueve, pero ocho no sirven: o son de ciudadanos de esta provincia, o de miembros del Gobierno regional, como su presidente José María Barreda.