Badoer correrá en Monza

Un titular imposible para algunos, pero no así para quien lo firma. Se trata de un mero juego a modo de role play para tratar de adivinar qué siente un periodista al lanzar un rumor, en una especie de apuesta personal, casi un todo o nada, y sobre todo qué ocurre cuando éste después se demuestra erróneo o por el contrario, acertado. Juguemos por un día a ser Antonio Lobato.

Luca Badoer correrá finalmente en Monza.

No será Giancarlo Fisichella, el piloto que según Antonio Lobato ya debería haberse sentado en un Ferrari en la carrera de Bélgica, y en la que finalmente acabó segundo, eso sí, con su Force India. Tampoco serán por supuesto Fernando Alonso ni Robert Kubica, señaladas como otras opciones por el propio Lobato pero también por buena parte de los medios relacionados con la F1. En el caso concreto del polaco, La Gazzetta dello Sport, diario deportivo líder en Italia, lo daba ayer literalmente en situación de "pole" para ocupar el asiento del "acabado" para todos, Luca Badoer. Y tampoco, algo que sí se consideraba mucho más improbable, será una joven promesa italiana como Mirko Bortolotti quien se suba al F60 en Monza.

Porque aunque para muchos pueda resultar la solución más sorprendente, Schinonero está en disposición de anticipar en absoluta primicia para todos los lectores de Soitu, y basándose en la información recibida de sus espías, que Ferrari confirmará si no hoy, mañana a más tardar, a Luca Badoer como el piloto que correrá en el GP de Italia a celebrarse la próxima semana. Decisión que lejos de resultar una sorpresa, era la solución más previsible.

Trataré de explicar los motivos que me llevan a tal afirmación y para ello analizaremos los antecedentes que nos han conducido hasta este desenlace. Pido disculpas si a alguno le pudiera resultar un tanto pesado esta especie de flasback, con información ya conocida para la mayoría de aficionados a la F1.

En primer lugar, cuando Felipe Massa tuvo su grave accidente en Hungría, y ante la evidencia de que no estaría listo para las carreras más inmediatas del calendario (algunos en los primeros momentos llegaron incluso a sopesar la posibilidad de que nunca más pudiera pilotar un F1), Ferrari barajó varias opciones. La más habitual en estos casos es la de colocar a alguno de sus pilotos probadores, pero aquí Ferrari se encontraba con el que sin duda uno de sus talones de Aquiles: la ausencia de un programa similar al que sí tienen otras escuderías, de modo que frente a éstas, Ferrari carece de una cantera de jóvenes pilotos a los que recurrir para dar la oportunidad en un momento como este. Por el contrario, tanto Marc Gené como Luca Badoer son pilotos muy veteranos para los que competir en F1 quedaba ya como algo muy lejano en el tiempo.

Cuando la prensa más sensacionalista, en un intento de rizar el rizo, propuso la posibilidad de que Fernando Alonso pilotara en Valencia el Ferrari de Massa, habida cuenta de la sanción que sobre Renault todavía pesaba por aquel entonces, la escudería del cavallino ya estaba trabajando en lo que sería sin duda la noticia "bomba" del verano: el regreso de Michael Schumacher.

Fueron días de intenso trabajo físico para el piloto alemán, quien ante la prohibición de la FIA de realizar tests, hubo de recurrir incluso a un F2007 prestado por un coleccionista. Posteriormente comenzó a entrenar duro también en karts, pero finalmente, ante la decepción de todos, un buen día el heptacampeón del mundo anunció en rueda de prensa, que después de valorarlo con su médico, se veía obligado a poner fin a su deseo de sustituir a su ex compañero Felipe Massa, aduciendo problemas en el cuello (fruto de una grave caída sufrida en moto), los cuales, según explicaba su propio médico personal, le producían un dolor imposible de soportar. Más tarde, fue Massa quien además comentó a raíz de la visita que le había hecho Schumacher en el hospital, que en realidad lo que le preocupaba al Kaiser eran unos supuestos trastornos en la visión (seguramente provocados por la misma lesión de cuello) cada vez que se subía por los pianos.

Se hizo entonces evidente el que Ferrari habría de escoger, al menos para Valencia, entre uno de sus dos probadores, optando finalmente, en una decisión discutible para algunos, pero arriesgada en todo caso, por el piloto italiano Luca Badoer.
Badoer después de la desastrosa carrera de Valencia fue puesto en la picota por todos los medios y también por buena parte de los tifosi de la escudería italiana, aunque entre estos últimos, las tintas se cargaban más contra la propia escudería por haber elegido al piloto de Treviso, que contra éste, a quien disculpaban en cierto modo por su más que evidente bajo estado de forma después de diez años fuera de la competición.

Con todo, Ferrari con una semana de margen, no quiso cambiar de forma tan precipitada su decisión inicial, y volvió así a apostar por Badoer para la carrera que el siguiente fin de semana habría de disputarse en Bélgica, y que acabó como sabemos con la victoria del otro piloto de Ferrari, el ex campeón del mundo, Kimi Raikkonen, mientras que Badoer, volvió a repetir en el último puesto.

Con quince días entre Spa y Monza, parecía que en principio podía haber tiempo para buscar un sustituto fuera de Maranello, ya que la opción de reemplazar a Badoer por Gené, quedaba desechada de antemano, puesto que sería para Ferrari como admitir su error inicial y además, arriesgarse a que el piloto catalán, no pudiera apenas mejorar lo ofrecido por Badoer. Todas las miras sin duda se dirigían a conseguir un piloto con experiencia (descartándose así cualquier oportunidad para un joven promesa), es decir, en activo, y que pudiera lógicamente desligarse de su actual escudería. Y ahí es donde Alonso, Fisichella y Kubica, tuvieron sus pequeñas opciones. Pequeñas porque para Renault, Force India y BMW, desprenderse de un piloto titular podía suponerles ante todo un grave problema a la hora de justificarlo de cara a sus patrocinadores, además del consiguiente trastorno de pasar a ser la escudería en cuestión, la que hubiera de buscar con premura un sustituto para el piloto transferido.

Estas son las razones a modo de resumen por las que continuará Luca Badoer, lo que no quita el hecho de que estoy seguro que algunos la considerarán sorprendente. Para mi, y para mis espías, resulta más que entendible, que para nada significa que no sea discutible. De eso se encargarán ya los medios habituales.