La ceremonia de la confusión

La minicrisis de Gobierno protagonizada por José María Barreda dispara la idea de que habrá cambios inminentes y mucho más profundos.

Crisis de gobierno en dos actos. ¿Cabe imaginarlo? La situación es tan de melodrama que el Ejecutivo regional podría haber optado por ser el primero en representar un papel escénico. Sainete, tragicomedia, crónica rosa o negra es algo que decidirá la ciudadanía en las urnas, llegado el momento. Pero en algunos círculos se estima la posibilidad de que, en breve, la minicrisis de las destituciones en las Direcciones Generales es sólo el aperitivo de una profunda remodelación que afectaría a instituciones locales y provinciales. Así pues, no está todo dicho tras el incesante rumor veraniego de que una o más Consejerías podrían verse alteradas.

Se baraja incluso la posibilidad de que, de haber más cambios, y más profundos, estos se hagan coincidir con la inminente celebración del Debate sobre el Estado de la Región (8 y 9 de septiembre). Así, más o menos eficaz a medio plazo, la medida sería al menos efectista, y obligaría a la oposición a alterar el contenido de una intervención que este año tiene más servida en bandeja que nunca. Quien quiera hacerse una idea, puede tomar nota de la reacción del presidente del Partido Popular (PP) de Albacete, Marcial Marín, a la minicrisis del martes y a la convocatoria del Debate: el PSOE, dice, trata de tapar 36.000 personas en desempleo en la provincia, de las que más de 15.000 no cobran ningún tipo de prestación.

De hecho, algunos medios de comunicación de tirada nacional han llamado la atención sobre el hecho de que "la esperada crisis de Gobierno se queda en la destitución de seis directores generales". Es decir, un cambio de cromos, al margen de las implicaciones que pueda tener la salida de Rafael Ariza, vacante sin cubrir, en la Dirección encargada de las licencias de TDT. A propósito de las informaciones que enlazan esta destitución con el concurso y las adjudicaciones, la consejera de Industria, Energía y Medio Ambiente, Paula Fernández, negó ayer la mayor en Albacete, y afirmó que el proceso siguió exclusivamente criterios de "transparencia, objetividad y pluralidad".

La esquizofrenia de Guarinós
Quizá para precipitar futuras caídas, o quizá para evitarlas; o quizá porque dispone de informaciones de carácter sólido, o quizá por todo lo contrario, la portavoz del Grupo Popular en las Cortes, Ana Guarinós, consideró ayer que ningún cambio servirá de nada, ya que el Ejecutivo regional se encuentra ante una realidad que "no sabe afrontar". La intención de Guarinós pudo ser la de frenar cualquier posible cambio añadido que arruine la estrategia del PP los próximos días 8 y 9, porque vaticinó que mientras el Gobierno no cambie de actitud, cualquier cambio "se traducirá en datos más negativos".

¿Cambiar de actitud sin cambiar cromos pesados? Difícil esquizofrenia la de Guarinós, primer ejemplo verbal del que se tiene constancia en una oposición política de pedir cambios que no acarreen dimisiones.

El daño de Cernuda
En todo caso, El Digital de Castilla-La Mancha formuló ayer su propio vaticinio: la semana que viene habrá cambios en las delegaciones provinciales. Por su parte, una fuente consultada por este Confidencial consideraba muy probable que el movimiento de fichas sea inédito, y que afecte a grandes Ayuntamientos, con nombres y apellidos de los que nada se revela aquí, porque nada hay peor para un nombramiento que aventar días antes esa posibilidad.

Se produzcan o no los cambios, la impresión es que el último artículo de Pilar Cernuda, merecedor de la sección Hacen y Deshacen de este Confidencial el pasado martes, ha hecho mucho daño en el entorno del Ejecutivo castellano-manchego. En él, se venía a decir que desde la órbita del Gobierno central se estima que la victoria en las elecciones autonómicas de 2011 será para la secretaria general y presidenta regional del Partido Popular (PP), María Dolores de Cospedal. Y que esa convicción estaría en el origen del recorte de fondos públicos inicialmente previstos para esta región: aunque aterrizaran aquí esos millones, no supondrían réditos electorales para los socialistas, calcula el equipo de Rodríguez Zapatero, según el texto de Cernuda.

Lo que enlaza con aquella rocambolesca cita que reunió en el pueblo del ex presidente José Bono a su sucesor, José María Barreda, al presidente gallego, el popular Alberto Núñez Feijóo, y al propio Bono. Fue antes de mediar el pasado mes de julio, y algunos "enterados" afirmaron en su día que, entonces, en plena negociación del reparto de la tarta autonómica, los teléfonos móviles de la Junta de Comunidades echaban humo: te quito cinco de aquí, te pongo tres allá.