La vuelta al cole

Se acabaron las vacaciones para los políticos. Se enfrentan este año al que puede ser uno de los cursos más duros que hayan jamás tenido que afrontar. ¿Serán capaces de superarlo con nota?

El Gobierno durante estas vacaciones se habrá tenido que preparar a fondo de cara a este curso.

Recuerdo aquellos veranos de mi niñez; vacaciones de tres meses que marcaban el paso de un curso a otro. Eran días de suma felicidad sobre todo para los teníamos la fortuna de superar todas las asignaturas sin arrastrar ninguna para septiembre. Vienen a mi memoria la estampa de los que por el contrario tenían que preparar algún examen durante el verano. Los veo perfectamente como si fuera hoy: ahí sentados en las escaleras de entrada al colegio, esperando para las clases de recuperación, con cara afligida, como la de quien fuera al matadero, mientras yo me pasaba por delante con una sonrisa de oreja a oreja con todos mis bártulos de camino a la playa. Seguro que podría haber escogido otro camino para no tener que pasar por delante de aquellas escaleras, pero ya se sabe lo crueles que son los niños y la curiosa convivencia que dicha crueldad guarda con la inocencia propia de la edad.

Cuando luego se acababa el verano, el regreso a las aulas era por contradictorio que pudiera parecer, un momento también muy feliz para mí. Volvías a ver a todos tus amigos con los que durante tres meses habías perdido el contacto. Eran tiempos donde no existía email ni móviles. Pero tampoco olvido la tristeza enorme que sentías al enterarte que fulano o mengano había cambiado de colegio. De algunos nunca he vuelto a saber nada.

Y así, entre verano y verano, entre regreso y regreso, pasaron los años y el niño dejó paso al adulto con todos aquellos recuerdos todavía a flor de piel y que hoy traigo a colación porque los políticos, personas adultas pero que en muchos casos se comportan como niños, tienen ya ante sí su particular vuelta al cole.

Nuestro presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no podemos decir que tuviera el año pasado un curso particularmente tranquilo, sino todo lo contrario. Si aprobó o suspendió no me corresponde a mí juzgarlo, al menos en público, pero de lo que no cabe duda es de que durante todo este verano a buen seguro habrá tenido que rellenar unos cuantos de aquellos cuadernos Santillana, para prepararse de cara a lo que se le viene encima en este nuevo año lectivo.

La palabra improvisación se ha venido utilizando con demasiada frecuencia en los últimos tiempos para referirse a las políticas y medidas propuestas, revisadas y repropuestas por este gobierno como para que Zapatero pueda seguir permitiéndose esa imagen de "gobernante veleta" que parece haber adquirido.

Por una parte, la crisis económica, que puede parecer haber amainado en los últimos meses, en absoluto está superada, lo que demuestran las noticias con las que día a día tenemos que desayunar. Son necesarias medidas serias y muy estudiadas para que lejos de mejorar, no caigamos en una recaída de la que ya no salgamos. La anunciada reforma del IRPF, eufemismo para referirse a una subida de impuestos en toda regla, no parece la mejor de las opciones en un periodo tan complicado como el actual.

Quizás lo que debería plantearse más bien el gobierno es imponer una política de austeridad, que no tiene nada que ver con reducir las políticas sociales, como algunos parecen empeñados siempre en relacionar. Se podría así empezar dando ejemplo y ajustando unas plantillas de cargos públicos sobredimensionadas a más no poder. No pasa el día sin que una nueva empresa anuncie el enésimo ERE, pero todavía no ha nacido el político que hable de un ERE para el sector público. De hecho, ha sido sólo mencionar la palabra congelación aplicada a los sueldos de los funcionarios para que los sindicatos se pusieran ya con el cuchillo entre los dientes.

El terrorismo es otra de las asignaturas con las que Zapatero y su gobierno tendrán que lidiar este curso. Tras algún suspenso que otro, parece que por fin están en disposición de aprobarla si se mantienen en la misma línea mostrada en los últimos meses y no caen en viejos errores.

Paro, financiación autonómica y gripe A son alguna más de las materias que harán con toda seguridad de este próximo año un durísimo y exigente curso puente que de superarlo supondría tener muchas opciones para una nueva reelección del Partido Socialista en las elecciones del 2012. Suspenderlo en cambio, podría significar adelantar esta fecha y que nos encontráramos a Zapatero sentado con cara afligida en las escaleras a la entrada de su colegio particular en la Carrera de San Jerónimo.