40 años sobrevolando la ciudad

Caminando por Moncloa, uno alza la vista al cielo, y entre él y las nubes, se cruzan unas cabinas oxidadas que recorren la ciudad. Es el teleférico, que cumple 40 años en Madrid. ¿Te subes?

Una de las cabinas del teleférico madrileño, que acaba de cumplir 40 años sobrevolando la ciudad

El cacharro avanza colgado de unos cables de hierro, atravesando la urbe de punta a punta. Parece sacado de una feria de hace años. No es particularmente bonito, y cada vez menos gente monta en él, pero algo tendrá el artilugio en cuestión para haber sobrevivido 40 años en una ciudad en constante cambio, donde lo cool o la novedad sustituyen rápidamente a la antigualla.

El invento del que hablamos es el Teleférico, que cumple 40 años sobrevolando la metrópoli. El 26 de Junio de 1969 el entonces alcalde de Madrid, Carlos Arias Navarro, realizó en compañía de su esposa el viaje inaugural en una cabina engalanada para la ocasión. Desde entonces, el Teleférico ha transportado a 10 millones de personas durante todo este tiempo y ha cambiado considerablemente con el transcurso de la historia.

Concebido en la época de su construcción como una atracción turística y como el no va más de la modernidad de la ciudad, fue obra de la empresa suiza Von-Roll. Hoy, sus 80 cabinas siguen recorriendo cada día 2.457 metros del paisaje urbano en unos 11 minutos, proporcionando unas vistas de pájaro de hasta 40 metros de altura.

Su historia ha sido siempre paralela a la de la capital. Con el paso del tiempo, las estaciones y las cabinas han ido envejeciendo. Pero lo que no ha cambiado es la locución que acompaña cada viaje, ni tampoco el viaje en sí. El peculiar y ecológico medio de transporte aéreo continúa comunicando el centro de la ciudad con el principal pulmón verde de Madrid, la Casa de Campo.

Su paseo comienza sobrevolando el Parque del Oeste y la Rosaleda, y continúa por encima de la antigua estación ferroviaria de Príncipe Pío, construida en el siglo XIX y transformada hace años en un intercambiador de transportes y en un gran centro comercial. Las cabinas pasan sobre las dos ermitas de San Antonio de la Florida y, después de atravesar el río Manzanares, se adentran en la Casa de Campo para finalizar su recorrido junto a la plaza de los Pasos Perdidos.

Durante todo el recorrido, solo hace falta levantar la vista para disfrutar de una de las mejores panorámicas de Madrid. Desde las ventanas, desfilan ante nuestros ojos el templo de Debod, los rascacielos de Plaza de España, el piruli de Torreespaña, el Palacio Real o el lago de la casa de Campo con sus barcas. El teleférico se va deslizando por la ciudad, ofreciendo instantaneas y recuerdos espectaculares.

El artilugio, además de ser muy apreciado por los amantes de la fotografía, tiene sus ventajas. Es rápido, evita el tráfico de la ciudad o la preocupación de buscar aparcamiento, y además es ecológico. Sobre todo, es muy curioso para la gente que viene de fuera de Madrid. Así, "pueden dar un paseo por encima de la ciudad mientras les van contando, entre vistas espectaculares, la historia de los edificios que sobrevuelan", opina Jaime desde el Parque del Oeste mientras una de las cabinas pasa por encima de nuestras cabezas.

Carmen, a la que abordamos en la Rosaleda, recuerda el ritual que ella y sus amigos solían llevar a cabo alguna que otra tarde: era algo así como paseíto por Rosales, viaje en teleférico, merienda en la casa de campo y barca en el lago, nos cuenta. "Ahora hace siglos que no me monto, pero pasábamos unas tardes estupendas en esas cabinas para cinco", añade con una media sonrisa. Pablo, el amigo que la acompaña, remata: "era como irnos de excursión sin salir de Madrid".

Quizás, la razón principal de que este trasto haya sobrevivido 40 años en la ciudad, sea simplemente esa, los buenos recuerdos que evoca a aquellos que un día recorrieron la ciudad volando en sus cabinas y descubrieron la panorámica de un Madrid único e irrepetible. ¿Tú qué piensas?

Información Práctica:

• Dirección: Pº del Pintor de Rosales s/n (Metro: Arguelles, líneas 6 y 3)
• Precio: El trayecto de ida cuesta 3.5 euros y el de ida y vuelta, 5.10 euros
• Horario: De Junio a Agosto, el horario es de 12.00 a 21.00 h. de Lunes a Viernes. De Sabado a Domingo, el horario es de 12.00 a 21.30 h.