No sois españoles

La banda terrorista ETA ha asesinado en Mallorca a los guardias civiles Diego Salva, de 27 años y Carlos Sáenz de 28.

Diego Salva y Carlos Sáenz eran españoles. Sus vidas se han visto truncadas de forma tan violenta como cobarde. Los asesinos de la banda terrorista ETA han decidido que fuera así. No hay más razón que la sinrazón de unas sanguijuelas que nunca tendrán suficiente sangre en sus manos para calmar su sed de violencia; violencia mamada desde la cuna. Esa cuna que mejor nunca hubiera existido.

Diego Salva y Carlos Sáenz eran guardias civiles españoles. Jóvenes cuyo único sueño era poner su cuerpo y alma al servicio de todos. Y así lo han hecho: el cuerpo se lo han llevado los terroristas, el alma quedará para siempre con nosotros.

Diego Salva era burgalés y Carlos Sánchez pamplonica, los dos españoles. Quizás nunca sintieron miedo ni pensaron que podrían ser un objetivo de las bestias etarras. Hoy cuando se subieron al coche que sería su tumba quizás estaban pensando en mil cosas, o quizás en ninguna, pero nunca en que apenas unos segundos después todos sus sueños se volverían irrealizables, y con ellos, los de sus seres queridos.

Cuando hace algunos meses asistí a un partido en San Mamés, al acabar el partido, un grupo de imbéciles, nada desdeñable en número, y la mayoría de ellos imberbes, se dirigió a nosotros, seguidores del equipo rival, con el cántico del que tanto gustan hacer uso estos radicales: “¡no sois españoles, sois hijos de puta!”.

Además de maleducados, con ello demuestran una absoluta incultura. La misma que mamaron desde la cuna y la misma que siguieron luego alimentando en las ikastolas. El español es una persona noble por naturaleza, cordial, honesto, trabajador incansable, valiente, fiel. El español atesora las virtudes del ser humano. Gallegos, asturianos, vascos, catalanes, madrileños, andaluces, canarios, valencianos… todos españoles, todos hombres y mujeres de buena voluntad. Y las ovejas negras que pueda haber como en todo rebaño apenas merecen ser consideradas. El español es persona de corazón, nunca una bestia. Ellos, los etarras, ellos sí que no son españoles. Tampoco son vascos. Son simple y llanamente unos hijos de puta.

Desconozco si este comentario incumple las normas de Soitu. Si fuera así acepto la responsabilidad sobre todas y cada una de las palabras que he escrito. En especial sobre las del último párrafo. A veces se echa en falta que algún político cometiera algún exceso que su condición de político no le permite, a la hora de condenar un atentado como el que ha acabado con la vida de Diego Salva y Carlos Sáenz, dos españoles. Muchos les perdonarían el exceso, yo el primero. Bastaría simplemente con un “¡no sois españoles, sois hijos de puta!”.