A pecho descubierto

Michael Phelps, con un bañador tradicional, ha batido el récord de los 200 metros mariposa en los Mundiales de Natación que se están disputando en Roma.

El gran Phelps ha vuelto sólo un día después de su derrota en los 200 libres

Sólo un día después de que fuera derrotado de forma casi humillante por el alemán Paul Biedermann en la final de los 200 libres, el rey de la natación mundial, el estadounidense Michael Phelps, se ha desquitado venciendo con autoridad en los 200 mariposa, batiendo de paso el record del mundo que él mismo ostentaba desde los juegos de Pekín. Y lo ha hecho como los grandes: a pecho descubierto. No se trata de una metáfora porque Michael Phelps sigue siendo fiel a su marca de bañadores, sin haber caído en la tentación de las mejoras milagrosas que ofrecen los nuevos modelos de poliuretano que sí suministran otras marcas. Hoy el gran Phelps se lanzó a la piscina con un bañador que dejaba su torso completamente desnudo. Nada de monos de poliuretano, al menos al 100%, y que puedan poner en tela de juicio sus marcas y su poderío descomunal. 

La polémica con los bañadores de poliuretano sigue en boca de todos. Pero hoy Phelps ha demostrado que contra la fuerza y el talento no hay bañadores "mágicos" que valgan. No obstante, la mejora en el rendimiento que éstos ofrecen no puede ser obviada. La prueba más evidente es que su verdugo en los 200 libres se presentaba a esta cita siendo el número 9 en el ranking mundial del 2008 con una marca que en Roma ha rebajado nada menos que en cuatro segundos. Parece claro que en un año tal progresión no puede explicarse sino en base a dos supuestos: el primero que efectivamente el bañador de poliuretano es una ayuda increíble para un nadador de nivel medio/alto. Para el segundo supuesto (más oscuro), habría que esperar a los pertinentes controles antidoping. Mejor nos quedamos así con el primero, aunque suponga admitir que se adulteren las competiciones mientras no se utilicen los mismos bañadores.

Bañadores que por cierto, están dando algunos problemas a causa de roturas de lo más inoportunas. Si en los Juegos del Mediterráneo vimos cómo a la nadadora italiana Nadia Zoccari el bañador se le rompía dejándola con su trasero al descubierto y obligándola a la retirada, en estos Mundiales de Natación, ha sido al campeón olímpico en Pekín, Ricky Berens, a quien su traje de poliuretano le dejó literalmente con el culo al aire en la prueba de los 4x100. Phelps, con su traje clásico, se lo ha dejado a todos.