A vueltas con la misma canción: Tres folkies y Joan Baez

Al principio llegó Russian Red y el público vio que estaba bien. Le siguió Anni B Sweet y el público dijo: Me suena, pero me gusta. Para completar el panorama apareció en escena Alondra Bentley... ¿Se fabrican las cantantes folk como churros o el espíritu Baez ha poseído a las nuevas compositoras?

Russian Red, lozana y folkie durante el FIB (Maxime Dodinet)

No existe persona en este planeta que durante los últimos 365 días no se haya pasado por un concierto de Russian Red. La chica del pintalabios, que hasta no hace mucho era telonera de mujeres como Emma Pollock, ha puesto su folk de caramelo a la altura de la luna. De festival en festival y tiro porque me toca tocar, I love your glasses es un álbum al que ya no le queda nada por demostrarnos.

No es la única, del mismo corte (de pelo) y registro vocal se daba a conocer recientemente Anni B Sweet. Folkie de corazón y de espíritu, esta compositora recuerda a la cantante de “Cigarrettes”, incluso en la lengua en la que escribe sus canciones, en inglés. Más que experta en la lengua de Los Beatles es la tercera en discordia, la inglesa (aunque murciana de corazón), Alondra Bentley, que vino a sorprendernos también con sus sugerentes susurros en “… dot, dot, dot”.

Aunque las tres tienen su personalidad y sus canciones, lo cierto es que es fácil adivinar cuál es la fórmula que tiene más éxito que Zac Efron entre las adolescentes: Su juventud altamente exultante, la capacidad de llenar un escenario solas con su guitarra (colgada del cuello de una banda, indispensable), su dulce timbre de voz, media sonrisa y la apariencia frágil y mirada al vacío que esconde, como poco, algo que cantar.

Eso sí, no hay nada nuevo bajo el sol. Esta fórmula ya la popularizó en su día Joan Baez. La diferencia es que a ellas, ahora, las vemos en color por YouTube y sus letras son bastante más flojas que las de la reina de la canción protesta. Esto último puede estar también relacionado con que las spanish folkies no tengan amigos de la pluma de Bob Dylan, aunque al ritmo que van... todo se andará.