El Tour nuestro de cada día

El RACE analiza la situación actual del colectivo ciclista en España, describiendo las necesidades, demandas y riesgos relacionados con el tráfico en el colectivo ciclista.

En el colectivo de ciclistas no ha descendido la siniestralidad en los últimos años.

En pleno éxtasis deportivo por la actuación de Alberto Contador en el Tour de Francia que finaliza este fin de semana, el RACE ha presentado su informe sobre la situación actual del colectivo ciclista en España.

Se trata de un informe de poco más de cuarenta hojas en el que se presenta de forma detallada, las condiciones reales a las que se enfrentan en nuestro país los usuarios de la bicicleta cada vez que deciden salir a la carretera, bien sea por deporte o bien por necesidad al utilizar la bicicleta como medio de transporte, aunque este último colectivo apenas contribuye con un 1% del total de los desplazamientos laborales, muy lejos del 13% que se da en países como Suiza y Bélgica .

Vaya por delante no obstante que no es el objetivo de este artículo el convertirlo en una consecución de cifras y datos estadísticos, porque para ello, nada mejor que echarle una lectura al informe de la RACE, aunque mencionaremos alguno de los más relevantes. Lo que se pretende aquí por encima de todo es invitar a una reflexión a todos los que compartimos día a día las carreteras, principalmente: conductores, usuarios de bicicletas y peatones.

El informe, que recoge datos para el periodo comprendido entre los años 2003 y 2007, escoge para su portada un párrafo que presenta las cifras más crudas que pueden darse: las de fallecidos. Durante ese espacio de tiempo, han muerto en las carreteras españolas más de 400 ciclistas (aproximadamente un muerto cada cuatro días), lo que supone un incremento del 14%, dato que contrasta enormemente con el descenso del 29% en la siniestralidad para el resto de conductores.

No resulta por ello nada extraño que la inmensa mayoría de los ciclistas manifieste sentir miedo cada vez que circula por carreteras abiertas al tráfico. La percepción que tienen es que los conductores de vehículos a motor no respetan en absoluto las mínimas normas de comportamiento vial, lo que conlleva el que se den de forma continua situaciones de riesgo que lógicamente siempre acaban por perjudicar en mayor medida al usuario de la carretera que va menos protegido.

¿Por qué en España cuesta tanto respetar al ciclista? ¿Se trata de un puro desconocimiento de la normativa vigente? ¿Es una cuestión de falta de cultura ciclista? ¿Tienen los propios ciclistas su parte de responsabilidad en que año tras año las cifras de muertos sigan creciendo sin solución aparente?

Resulta curioso el que un deporte que a nivel profesional despierta tanto respeto y devoción en España, sin embargo en el día a día, sea ninguneado por esos mismos aficionados a las grandes estrellas mediáticas como pueden ser los Contador, Valverde o Freire.

Como suele ocurrir en estos casos, los principales perjudicados piden un endurecimiento de las sanciones para aquellos que no respeten las normas de convivencia entre conductores y ciclistas, sin olvidarse tampoco de la necesidad de intensificar ya desde los colegios la formación en lo que a normativa vial se refiere.

Últimamente es cierto que estamos viendo en numerosas ciudades cómo se están creando kilómetros y kilómetros de carriles bici. En estos últimos, además de la relación con conductores, los ciclistas tienen que compartir espacio con otros “invasores” como son los peatones, lo que complica aún más su tránsito por estos carriles, específicos en teoría para ellos. Siendo positivo el hecho en sí de que se aumente el número de carriles bici presentes en las ciudades, éste crecimiento en cantidad poco aportará si no viene acompañado por un aumento en la "calidad de vida" de los usuarios que por ellos transiten. Y para lograr ésta, es necesario el compromiso de todos. Nos queda un largo Tour por delante.