Cristiano Ronaldo en el metro

Cada vez que veo la imagen 3 x 4 metros de Cristiano Ronaldo a lo superguerrero de manga japonés me entra un impulso irresistible de lanzarme sobre el cristal y hacerlo añicos con una hábil patada de karate. No sé karate, pero en mi fantasía lo bordo.

La imagen es omnipresente en cada esquina del metro de Madrid. A la entrada, a la salida, da igual con qué ruta o en qué dirección vaya lo tengo enfrente, semiinclinado en posición de kame hame ("onda vital" para los gallegos), cada músculo de su torso cincelado cual dios griego, los ojos apretados y el rostro contraído en un grito de fuerza y concentración supremas. Si me doy la vuelta está detrás, echándome el aliento de su grito a la nuca. No me acostumbro a verlo y noto que la irritación crece cada día. La mitad de las líneas de metro estan cortadas por reparaciones veraniegas, así que tengo que hacer una ruta rara y retorcida para llegar al trabajo, pero da lo mismo: allí está Cristiano Ronaldo a grito pelado, viendo julio pasar.

"La fuerza, el poderío de un Club único", imagino al Director de campaña de Nike, "Cristiano Ronaldo encarna a la nueva generación de galácticos (¿neogalácticos?), los imbatibles gladiadores del campo",  en pleno delirio marketiniano.  "Mis expectativas son mayores que las tuyas", grita el eslogan, aunque incluso los más futboleros saben lo único que grita esta imagen: ¡¡Cuesto más de 94 millones de euros!! ¡Y todos vais a empezar a comprarme!

En momentos en que se ha puesto de moda el marketing viral, los medios de publicidad alternativos, formas más sutiles y elegantes de venderse que el autobombo, sólo con el negocio del fútbol se podía perpetrar una campaña de marketing de este calibre. La invasión absoluta, la toma por asalto de la ciudad para recuperar la inversión a golpe de asedio. El público objetivo es la ciudad entera, cada joven o viejo, hombre o mujer que tenga que coger el metro alguna vez. Incluída yo, que confundo a los directores de los clubes con los entrenadores y que no tengo ninguna expectativa puesta en este joven y sus pectorales.

Leila Nachawati Rego http://www.unmundollenodemundos.blogspot.com