Un barco en mi ascensor

Nos damos una vuelta por la provincia de Hainaut en Bélgica y descubrimos los ascensores de barcos

El ascensor de Strépy-Thieu en funcionamiento

Aprovechando que el 21 de julio era día de fiesta nacional en Bélgica, nos escapamos de los desfiles militares y las comparecencias de la familia real belga y nos dimos una vuelta por la region du Centre, en la provincia de Hainaut.

Existe en Bélgica, desde finales del siglo XIX, una densa red de vías fluviales. Dicha red fue concebida originalmente para dar salida por los puertos marítimos del norte del país a la producción de carbón y productos siderúrgicos provenientes de la región valona, en el sur. El Canal du Centre forma parte de esta red, y es precisamente en este tramo donde se encuentran algunas de las joyas de la ingeniería hidráulica belga.

Los antiguos ascensores: ingenios industriales del XIX

Por un lado, nos encontramos en el viejo trazado del canal -todavía en servicio, sobre todo para embarcaciones de recreo- una serie de ascensores hidráulicos, que fueron construidos entre 1882 y 1917 y que desde 1998 están clasificados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

Situados entre las localidades de La Louvière y Thieu, entre estos cuatro ascensores salvan una diferencia de cota de más de 60 metros y funcionan únicamente con la energía que les proporciona el peso del agua. El principio es simple: dos cajones metálicos que funcionan como una especie de balancín hidráulico gracias al principio de los vasos comunicantes. Una embarcación entra en uno de los cajones, se cierran las compuertas, se dejan entrar 30 cm de agua más en el cajón superior y así este descenderá haciendo subir el otro "plato de la balanza". Con este sistema se conseguían elevar las antiguas gabarras de hasta 300 toneladas.

El nuevo trazado

El viejo sistema presentaba varios inconvenientes. Por un lado está el alto consumo de agua en el canal superior, recordemos que para hacer subir los barcos hay que sobrecargar el cajón superior con agua. Pero también era un sistema lento (5 horas para salvar los 63 metros de diferencia de cota) y sobre todo limitado a las viejas gabarras de 300 toneladas. Con la generalización de las gabarras de 1350 toneladas, el viejo trazado y los ascensores del Canal du Centre, se quedaron pequeños.

Al discurrir por una zona densamente poblada, la solución de ensanchar el antiguo trazado no resultaba viable. La solución pasaba por construir un nuevo trazado, más ancho y con mayor calado que el anterior. Pero aún quedaba por resolver el problema que representaban los más de 70 metros de diferencia de cota del nuevo trazado. Tras años de proyectos y obras, se inauguró en 2002 el impresionante ascensor-funicular de Strépy-Thieu, que salva de una vez los 73.15 m de diferencia de cota entre ambas partes del canal. Un impresionante ascensor de barcos -hoy por hoy el más alto del mundo-.

Esta inmensa mole de cables de acero y hormigón permite elevar en tan solo 6 minutos (a razón de 20 cm/s) cajones de unas 8.000 toneladas -peso que incluye el propio cajón, la gabarra y el agua-. Su principio de funcionamiento es tan simple como el de un ascensor normal: unos contrapesos, una sala de máquinas... Claro que en este caso las dimensiones son megalíticas: una sala de máquinas del tamaño de un campo de fútbol, poleas de más de 4 m de diámetro, 144 cables de acero, una estructura total de 200.000 toneladas...

Teniendo en cuenta que cada gabarra de 1350 toneladas equivale a 60 camiones, la inversión en este ascensor en particular y en el transporte fluvial en general siguen valiendo la pena, tanto desde un punto de vista económico como ecológico.

Por 9 euros es posible visitar el interior del ascensor, su sala de máquinas, un pequeño museo, disfrutar de las vistas desde lo alto de su torre -de una altura equivalente a más de 20 pisos- y hasta utilizar el propio ascensor a bordo una gabarra para pasajeros.

Y es que claro, acostumbrados a este país prácticamente plano, este plat pays, como bautizó Jacques Brel a Bélgica, para salvar los repechos, hasta los barcos cogen el ascensor.