Virus y vacunas

El virus de la Gripe A amenaza con cobrarse miles de víctimas en España mientras otros "virus" no menos nocivos, se extienden en nuestra sociedad sin que hasta por el momento se haya descubierto vacuna alguna para hacerles frente.

Imagen tomada por microscopio electrónico del virus de la Gripe A

Cuando allá por el mes de marzo comenzaron a difundirse desde México las primeras noticias de un virus que amenazaba con propagarse sin control a otros países si no se tomaban de manera urgente las medidas oportunas, fueron pocos los que dieron importancia a lo que en principio suponían no habría de ser más que un brote de gripe, quizás más virulento de lo normal, pero gripe a fin de cuentas. Han sido ya tantas las veces que nos han contado la historia de la gripe española que como en el cuento del lobo y el pastor, hemos perdido el miedo a que algo similar pueda volver a repetirse en la actualidad, tal es nuestra estúpida arrogancia y la inconsciente seguridad que tenemos en los medios con los que creemos contar para combatir cualquier tipo de situación como la que entonces se nos presentaba.

Sin embargo, de aquellos primeros casos aislados (así se nos querían mostrar y así los creímos) de lo que se denominó gripe porcina, no tardó en pasarse a las primeras víctimas mortales en el país americano. Y sólo un mes más tarde se confirmó el primer caso en España de una persona afectada por el virus. La gripe porcina pasó pronto a llamarse Nueva Gripe, para acabar finalmente siendo bautizada como Gripe A. Con la misma facilidad con la que cambiaba de nombre se iba extendiendo y aumentaban los casos de afectados y de víctimas mortales por todo el mundo.

Era cuestión de tiempo por tanto que el virus causara también la primera víctima mortal en España. Ocurrió el pasado 30 de junio y el caso fue motivo de gran seguimiento por parte de los medios al tratarse de una mujer embarazada que días antes de fallecer, había dado a luz a un bebé que según los análisis que posteriormente se le practicaron, estaba libre del fatal virus. El destino no obstante, le tenía reservado al pequeño Rayan, como así se llamaba el recién nacido, un final trágico que conmocionó a la opinión pública de este país.

A aquella primera muerte le han seguido otras tres más, con lo que ya son cuatro las víctimas en España causadas por la gripe A. Nada que ver con las 8000 muertes que se vaticinan para el periodo donde la gripe tradicionalmente se hace más virulenta. Seguro que más de uno firmaría estas cifras, porque aunque parezca increíble, en un año normal la gripe causa en España unas 3000 muertes de media. Pero sin ánimo de entrar en polémicas, creo que no es el momento de caer en demagogias ni guerras de cifras, porque una simple mutación del virus podría llevarnos a sufrir una catástrofe sanitaria de dimensiones imprevisibles.

Por si todavía alguno tiene dudas sobre la gravedad del problema, esta semana hemos conocido otro primer caso: el del primer paciente ingresado en la UCI a causa de la gripe y que no presentaba patologías de base previas al inicio de los síntomas. Se acabó la tranquilidad para todos los que confiaban en su salud de hierro como parapeto fiel contra el virus.

Dejando la Gripe A a un lado, similar en parte a ésta en cuanto a capacidad de contagio resulta el "virus" de la corrupción que cada día se manifiesta con nuevos casos en nuestro país. Unos trajes por ahí, unos bolsos por acá en el caso del PP, o una subvención generosa para una hija en el caso del PSOE. Son sólo pequeñas muestras, la punta del iceberg que sobresale dejando oculto la verdadera dimensión del problema. Eso sí, a diferencia de la Gripe A este virus no causa víctimas, políticamente hablando se entiende. Nuestros políticos están vacunados contra el virus de la dimisión o el de la cesación de cargo. Y la sociedad contempla resignada un espectáculo contra el que considera que no existe antídoto.

Es la misma sociedad que ahora asiste conmocionada a la propagación de otro "virus", quizás el más perverso de todos: las violaciones llevadas a cabo por menores contra otros menores de edad. Dos han sido los casos recientes que hemos conocido en los últimos días, a cual más siniestro y despreciable. Todos nos preguntamos cómo es posible que algo así pueda suceder sin que seamos capaces de poner remedio para que no se repita en el futuro. Urge una modificación en la Ley del Menor, lo mismo que urge una vacuna para la gripe A. Para ésta última habrá que esperar hasta diciembre por lo menos. ¿Cuánto habremos de esperar para la primera? Los políticos deberían dejar a un lado sus diferencias y no hacer un uso electoralista de un asunto tan serio como espinoso, poniendo todos los medios a su alcance para que la justicia imparta eso: justicia. Y no se me olvidaba: para la vacuna contra la corrupción creo que habremos de aguardar sentados; casi mejor echados. Por si acaso si hace larga la espera.

(Coda positiva: la campaña AA puesta en marcha por Cruz Roja y el Ministerio del Interior se propaga como un virus entre los móviles de todos los usuarios de telefonía. Que no se detenga)