¿Quién teme a la Cospe feroz?

Le llaman "la Cospe" en más de un oficio y en más de una provincia, lo que no es secreto alguno; y si lo es, lo es a voces. Tampoco lo es que pensaba encerrarse dos días con los diputados regionales del Partido Popular para diseñar la estrategia de futuro justo en el ecuador de la legislatura.

Pero lo que sí es más misterio es si esta es "la Cospe feroz" que algunos medios de comunicación comienzan a retratar o es, por el contrario, "la Caperucita azul" cautiva y desarmada ante las necesidades de un sector de la cúpula directiva del partido. Y la polémica pasa por Albacete.

La secretaria general del PP y presidenta regional del partido está siendo un dolor de cabeza con visos de jaqueca permanente para el socialismo gobernante en Castilla-La Mancha. Pero tambiénpara los populares. Respecto a los primeros, no está dispuesta a perder ese "nuevo pulso" que dicen le ha impreso a la oposición política, tanto si es propio como si es atirbuido por terceros. Respecto a lo segundos, depende que ciertas confidencias a ciertos periodistas estrella tengan una u otra fuente, y por tanto una u otra intención.

De lo primero, además, deviene esa reunión que pretendía mantener ayer y hoy en una localidad de la serranía conquense con sus diputados regionales. Y que finalmente no ha sido tal, porque las lenguas de fuego de Luis Bárcenas han convertido lo urgente en importante. De lo segundo, y precisamente por culpa de lo que Garganta de seda ha comentado al conquense Raúl del Pozo (El Mundo), depende que emprenda el camino hacia la gloria final o se estampe como "retrasada mental" (fueron palabras del tal Garganta) que es.

La pluma afilada

Vayamos con los primeros, con los diputados regionales. Y con el río que pasa por Albacete, que no es el Pisuerga pero vale igual. Uno de esos diputados es Marcial Marín, el presidente del Partido Popular en la provincia de Albacete, y contra el que un medio de comunicación cargó las tintas la semana pasada.

La campaña mediática es fruto de la negativa del PP de la capital a apoyar el convenio de colaboración entre el Ayuntamiento y uno de los tres polígonos de la ciudad, precisamente el que alberga a dicho medio, el diario El Pueblo de Albacete, que comparte edificio y corporación con Visión Seis Televisión. Al hostigamiento también debió contribuir la enemistad que "une" a su editor, el empresario José Manuel Martínez, con Marcial Marín, y que bebe de un enfrentamiento en los años en los que el segundo fue gerente de la Asociación de Empresarios de Campollano (ADECA).

Cospedal, o la Cospe, habrá tenido ocasión entonces estos días de "regañar" a su pupilo albaceteño, si hacemos caso a la información publicada estos días en dicho medio. Según una de sus "plumas afiladas" –brevísimos apuntes de opinión–, podía leerse que "habría que preguntarle a Marcial Marín qué tal le fue con su jefa. Según nos ha comentado un pajarito, que Cospedal le dio un tirón de orejas por sacar los pies del tiesto... y aprovecharse de su posición para llevar adelante sus intereses... ¡Hay Marcialico –el hay es literal–, que al final, tu actitud te va a hacer perder la candidatura que te prometieron".

Órdago o lapsus

Dejando al margen la observancia de los distingos entre "ay", "hay" y "ahí", que al parecer no acaban de cuajar entre algunos plumillas del oficio reporteril, este breve tirón de orejas se refiere a la candidatura de Marín para la Alcaldía, que es una de las constantes en los mentideros de la política albaceteña.

Sin embargo, y lejos de la incomodidad que El Pueblo atribuye a las filas del PP, el daño originado con estas informaciones ha sido en sentido totalmente contrario al que pretende el diario provincial. En determinadas altas esferas de la Junta de Comunidades, se habría producido una confabulación entre esta historia y la comercialización de un producto cada vez más preciado en la región, y que tiene que ver con vendimias, grados y copas. Para liar más la madeja, resulta que el empresario albaceteño del polígono objeto de la polémica comercializa una marca en dicho sector.

De ser ciertas las tesis del periódico de Martínez, la jefa de la oposición sería "la Cospe feroz". Más aún. La portada del pasado sábado llevaba como fotografía principal a la lideresa del PP –gesto atípico en este diario–, y dedicaba una ventana a informar de la relación que investiga el juez entre algunos ex directivos de Caja Castilla-La Mancha (CCM) y el caso Malaya. Asunto que figura sólo en los rotativos más atrevidos y no es que sea escaso, sino inexistente, en medios de comunicación que deben buena parte de sus ingresos a la publicidad de instituciones públicas, como es el caso que nos ocupa. ¿Órdago a la grande o lapsus informativo? ¿Guantazo o torpeza?

Dos miuras de El Mundo

Pero Cospedal debe atender también fuegos de mayor calado que los regionales. En concreto, la pelea de poder que ha desencadenado el caso Bárcenas: las acusaciones de cohecho y delito fiscal que se han vertido contra el tesorero del partido, Luis Bárcenas, implicado según medios de tirada nacional en la supuesta trama de financiación irregular encabezada por Francisco Correa.

La tensión entre Cospedal y Bárcenas la han aireado estos días dos periodistas de El Mundo, según información recogida en El Digital CLM. Por un lado, el episodio de la "retrasada mental", que fue lo que, según Del Pozo, llamó Bárcenas a Cospedal. Por otro, Casimiro García-Abadillo afirmó que ambos mantuvieron una reunión en la que Cospedal pidió a Bárcenas que dimitiera, y este le espetó que "aquí lo que hay son muchos mamones y lo que falta son cojones".

Y si creían haberlo entendido todo, más leña al fuego para que se desengañen: en su segundo artículo citando a Garganta, el conquense Raúl del Pozo sostiene la tesis de que –los socialistas– no quieren la cabeza de Bárcenas, sino la de Rajoy. Hasta el punto de que pedir la cabeza del primero puede ser la mejor manera de apuntalar, pero también de apuntillar, al segundo.

Todos los implicados, Esperanza Aguirre incluida, niegan la merienda de negros. Pero mientras ésta llega, Cospedal habrá de hacerse en el papel de la Cospe feroz, o en el de la retrasada mental. Y que Garganta de seda, que ya sabemos que no es José Bono, ni Sanz Roldán ni el propio Bárcenas, los pille a todos confesados

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