El vitíligo y otras extrañas enfermedades de los famosos

Parece que la de la guadaña tiene prisa por cumplir sus objetivos semestrales y largarse de vacaciones con los deberes hechos, como hemos podido comprobar desgraciadamente este mes de junio con las muertes de David Carradine, Farrah Fawcet o Michael Jackson. La defunción del rey del pop ha sorprendido a todo el planeta, acercándose éste, ahora que falta, a la esencia de su genio, cuando en vida más de media humanidad se compadecía de sus continuas extravagancias. Sin embargo, según él, la despigmentación de su piel no lo era, siendo el artista fenecido el caso más popular de la extraña enfermedad denominada vitíligo.

Maurice Tillet

Se trata de una enfermedad degenerativa de la piel, en la que las células que se ocupan de la regeneración de ésta, llamados melanocitos, mueren, por lo que dejan así de producir melanina, que es la sustancia causante de la pigmentación de la piel. La zona de la piel donde se ha producido la muerte de los melanocitos se queda blanca, formándose manchas circulares de ese color normalmente en las extremidades como manos y pies, y en aquellos lugares donde flexionamos nuestras articulaciones como codos y rodillas.

En el caso de Michael Jackson la despigmentación parece haber sido total, uniforme, algo poco usual en esta enfermedad. Los estudios más recientes indican que los casos más corrientes de vitíligo se deben al estrés y la depresión. Problema que se acrecentaría en el paciente por la ansiedad que le produciría que los demás le vean las manchas en su cuerpo y ser desde entonces estigmatizado socialmente.

No creo que fuese el caso de Jackson el de no querer aparecer en sociedad, y su estrafalaria puesta en escena ante los medios seguramente se deberá a otros motivos. El caso es que pasó de negro a blanco. Y no es esta la única enfermedad extraña que han padecido diferentes artistas y personajes conocidos a lo largo de los años.

Conocido es el caso de gigantismo, también llamado acromegalia, cuando una vez desarrollado el esqueleto en la edad adulta siguen creciendo los huesos, del jugador de baloncesto Roberto Dueñas, del actor que hacía el papel de Tiburón –con sus míticos piños metálicos- en las pelis de James Bond o del molde original del ogro Shrek, un luchador francés de Wrestling de los años treinta llamado Maurice Tillet, quien pese a ser un tipo muy inteligente y válido para muchas profesiones, el crecimiento incontrolado de sus extremidades a partir de los veinte años le hizo convertirse en la risión de su pueblo y que tuviera que emigrar a los Estados Unidos para ganarse el pan como una especie de proto Hulk Hogan en versión Cuasimodo.

Otro caso de enfermedad rara se dio en el magnífico personaje de los ochenta llamado Ignacio Gasca, alias Poch, miembro de La Banda sin Futuro, Ejecutivos Agresivos o Derribos Arias. Un tipo simpático y creativo que tuvo la mala suerte de sufrir una enfermedad hereditaria y degenerativa llamada Corea de Huntington, también padecida por su hermano mayor, y que además de provocar unos llamativos movimientos incontrolados y desarreglos psíquicos, termina afectando a las funciones intelectuales hasta terminar en la demencia.

Rara también fue la enfermedad que contrajo Jack Daniel, fundador de una de las destilerías con más seguidores del mundo, entre ellos Frank Sinatra, su principal consumidor –una botella al día durante más de cincuenta años-, y al que al final la marca terminó regalando un terrenillo en Tennessee en homenaje a su hígado de lata. Jack cascó en 1911 debido a que su sangre estaba contaminada con unas bacterias generadas gracias a que seis años antes le había dado una patada a la caja fuerte de la que había perdido la combinación, dejándose un dedo más colorado que la nariz de un borrachín de taberna.

Igual de triste y extraña sería la muerte de la pequeña y angelical –tan angelical que daba cague- Heather O´Rourke, aquella tierna niña que veía fantasmas en la Telefunken de su casa, en la exitosa saga Poltergeist. La pobre sufrió una atípica obstrucción intestinal que los matasanos no supieron diagnosticar y confundieron con una gripe. Cuando se dieron cuenta de su error y quisieron operarla ya era tarde. Tenía doce años. Su fallecimiento por tal misteriosa enfermedad aumentó la leyenda negra sobre el reparto del film, ya que la que hacía de hermana mayor, Dominique Dune, murió víctima de un ataque de su novio, Julian Beck –este sí que daba miedo-, y el recordado chamán indio Will Sampson también murió al poco tiempo.

Por último, citaré el caso de los actores que formaron parte de la película El conquistador de Mongolia (1956). Los exteriores fueron rodados en Saint George, en el desierto de Utah, donde una de las actrices que participaron en el rodaje, Jeanne Gerson, denunció al Gobierno de Estados Unidos por negligencia. Por lo visto tanto ella como John Wayne, Agnes Moorehead, Pedro Armendáriz –que se suicidó al saber su enfermedad-, Susan Hayward o el director de la película, Dick Powel, sufrieron diferentes tipos de cáncer cuyo origen se debía a la contaminación de partículas atómicas llevadas por el viento y procedentes de las pruebas nucleares que se hicieron en las llanuras de Yucca, a cien millas de distancia. La actriz alegó que la Administración no había señalizado dicha zona como área peligrosa.

 Algunas películas que trajeron mala suerte