Tom Cruise, el nuevo náufrago de JJ Abrams

Tom Cruise, necesitado como está de alterar el espacio-tiempo de su carrera, se ha echado en manos de la persona idónea para hacerlo: JJ Abrams.

JJ Abrams (director) posa junto a Tom Cruise (náufrago)

Tom Cruise se echa en los brazos de JJ Abrams para reflotar su carrera. Otra vez. El actor ha declarado en un programa de televisión japonés que en este momento está “trabajando en la historia” de la cuarta parte de “Misión Imposible” y en “cómo rodar una gran secuencia de acción en el centro de Tokio”. Por su parte, el director del exitoso remake de “Star Trek” ha declarado en TV Guide sentirse “increíblemente orgulloso de que Tom me haya invitado”… como productor. Porque para “M:I 4” aún no hay guionista. Ni director. Pero eso da igual porque Tom tiene prisa por recuperar su carrera. Parafraseando a Anthony Hopkins en “Misión Imposible 2”: “No es una misión difícil, señor Hunt, es una misión imposible. Difícil sería fácil para usted”. ¿Conseguirá Tom llevar a cabo esta misión?

Que Tom Cruise recurra el creador de “Perdidos” para reflotar su carrera podría parecer una ironía, pero no hay tiempo para pensar en ello. No lo hay en la agenda del actor, que ha pasado de estar en la cresta de la ola durante más de 20 años (desde que debutara en la pantalla grande con la dudosa “Taps, más allá del honor”, 1981) a ser un actor vapuleado por los medios de comunicación, despreciado por sus fans y despedido de una productora: en agosto de 2006 Paramount dio por terminada una relación profesional de 14 años con la estrella de “Top Gun” por andar saltando en los sofás de la televisión americana, agotar al pueblo con su radical defensa de la Cienciología y, básicamente, por sufrir un extravío público del que nunca habíamos tenido noticias en ese perfecto publicista de sí mismo que era el actor (que cincelaba su imagen en los medios de comunicación con la rectitud de un soldado).

El despido de Paramount detonó el regreso del chico de oro. Como prometió su personaje de David Aames en “Vanilla Sky”, el remake americano de “Abre los ojos”, Tom estaba listo para que “sus aviones poblaran el cielo”. Tom inició la remontada refundando la mítica United Artists, rebajando el voltaje de sus declaraciones a la prensa y haciendo cameos graciosos (y descaradamente crowd-pleasers) como en la “Tropic Thunder” de su amiguete Ben Stiller… pero el intento fue declarado nulo por los jueces. Tom había perdido su conexión con el público. Los taquillazos de “El último samurai” o “La guerra de los mundos” (su segundo proyecto con Spielberg tras la excelente “Minority Report”) quedaban ya lejanos. La evidencia de que su carrera se encuentra en un atascadero es la puesta en marcha de una película titulada “Misión Imposible 4”.

Cuando tienes casi 50 tacos (nació en julio de 1962) y el próximo movimiento en tu carrera es una película que lleva un cuatro al final del título, quizá deberías plantearte qué has hecho mal. Qué te ha llevado a esa situación, por qué has dejado de arrasar las taquillas, por qué a la nominación al Oscar por "Magnolia" no le siguieron otras sino saltos en un sofá en un programa de la tele… Quizá ponerse de nuevo la máscara (nunca mejor dicho) de Ethan Hunt sea una elección sabia; al fin y al cabo nadie quiso oír los rugidos de los “Leones por corderos”, y al mundo le importó un comino si mataba o no a Hitler en “Valquiria”, porque seamos sinceros, si alguien hubiese podido cambiar la historia y matar a Hitler, ese era Tom Cruise.

¿Conseguirá Tom llevar a cabo la misión? ¿Le devolverán JJ Abrams y “Misión Imposible 4” al trono del que fue derrocado? ¿O seguirán pesando más sus malas elecciones, las (supuestas) ingestas de placenta y su paródico matrimonio con una veinteañera de “Dawson Crece”? “Misión Imposible 3”, el debut de JJ Abrams como director de cine, recaudó 397 millones de dólares en todo el mundo, 143 menos que “Misión Imposible 2” y 54 menos que “Misión Imposible”. Parece difícil sacarle más jugo a la franquicia… Difícil, no; imposible.