Las arenas movedizas del Trasvase

Mariano Rajoy tenía una papeleta difícil: Murcia un día y Albacete al siguiente. Y en una de las dos citas tenía que "mojarse". Fue allí: no habrá, si de él depende, caducidad del Trasvase. Repaso a las contradicciones internas del PP en esta materia desde la aprobación de la reforma del Estatuto... e incluso antes.

Saber qué terreno se pisa en el día a día de una campaña electoral es importante. Saber qué terreno se pisa al día siguiente lo es, si cabe, más. Y Mariano Rajoy olvidó ayer esa lección, o nunca le han leído la cartilla. Estaba en Murcia, y no recordó que hoy llega a Albacete. "Ni en 2015, ni en ningún otro año, mientras que no se resuelva el tema del agua para Murcia". Con una frase el dirigente de los populares despachó ayer el asunto de la caducidad para el Trasvase Tajo-Segura. Todo ello, el mismo día en que el presidente del PP albaceteño, Marcial Marín, afirmó que "este partido se juega en Albacete". Pues no, Marcial, pues no. Se juega en Murcia.

El despiste le puede salir caro a los populares de esta provincia, que han preparado la visita de su presidente con esmero. Rara será la cita con la prensa, a lo largo de toda la jornada, en la que no hayan circulado consignas previas sobre qué preguntar y cómo hacerlo. El negocio editorial y mediático castellano-manchego está concebido así: no se pierde la ocasión de apuntillar a la presidenta regional y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. Una botón de muestra, la entrevista ayer en la Cadena Ser al diputado nacional por Albacete, madrileño hasta en el habla, y al que le cayó el sambenito de "cunero" en marzo de 2008. Primera pregunta: "Sólo por curiosidad, sr. Nadal, ¿dónde vota usted?". Señor juez.

Tibieza institucional

Los populares castellano-manchegos adquirieron en enero de 2007 el compromiso de solicitar el fin del Trasvase en el año 2015, al dar su "sí" a la propuesta de reforma del Estatuto de Castilla-La Mancha, aprobado por mayoría absoluta en las Cortes. En su disposición adicional primera, el texto fija esa caducidad. Pero ese mismo compromiso les ha supuesto más de una situación embarazosa con la dirección nacional del partido, que siempre ha mostrado una posición a medio camino entre la tibieza institucional y la negativa disfrazada de intento de negociación.

Por ejemplo, en octubre del año pasado, Rajoy expresó que su partido defendía "lo mismo que siempre", entre otras cosas, que "el agua es de todos los españoles". No obstante, también sostuvo que "hay que llevar agua a donde se necesita, y la Región de Murcia la necesita". Cinco meses después, en el programa de TVE Tengo una pregunta para usted, el presidente del PP dio un no genérico, al responder "no soy partidario de que caduque ningún trasvase".

Los rifirrafes por la cuestión del agua generan, de hecho, una de las pocas cuestiones en la que los intereses territoriales se anteponen a los partidistas. Si chocante es observar el diferente criterio de populares albaceteños y castellano-manchegos frente a sus compañeros del Levante, no menos contraste se da entre los socialistas de Murcia y los de esta región. Así se puso de manifiesto, por ejemplo, el pasado 18 de marzo, con motivo de la gran manifestación por las calles de la capital murciana para reivindicar la permanencia de esta infraestructura.

La "coherencia" de Valcárcel

En noviembre de 2006 Rajoy convocó una cumbre de líderes regionales populares para tratar de fijar una posición común en la denominada "guerra del agua". "Me muevo dentro de ese escenario, y creo que el PP debe mantenerse en el mismo en buena coherencia, sea de Aragón o de donde sea", declaró entonces el presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel. Y, dicho sea todo, la "coherencia" que reclama Valcárcel juega a su favor: es el Plan Hidrológico Nacional derogado por el Ejecutivo de Zapatero el que fija las pautas, en todo caso, del Partido Popular en esta cuestión.

Pero nobleza obliga. En su afán por mantenella y no enmendalla, la portavoz regional del PP llegó a afirmar el pasado mes de abril que, no en 2015, sino "antes", es cuando podría acabar el Trasvase de darse por buenas las enmiendas propuestas por su partido en el Congreso de los Diputados. La respuesta no se hizo esperar. Desde el PSOE, se instó a Cospedal a mostrar la "misma sinceridad" que expresa Rajoy "en Murcia o Valencia". Y tiró a dar donde más daño puede hacer: Cospedal debe dejarse de "medias tintas" y "definirse sin fisuras".

Cascanueces sí, soluciones no

La clase política prefiere los cascanueces a las soluciones. Montar un lío con el Trasvase da más réditos que buscar soluciones. Y sin embargo son estas las que definen la convivencia. La escasez del agua es un problema de carácter mundial, y se cuentan por millares las vidas que se pierden a diario por culpa de una materia en la que sobran recursos, pero flaquea en distribución y consumo racional de los mismos. Por tanto, centrarse sólo en el Tajo-Segura es, además de egoísta, una actitud corta de miras.

Desde hace tiempo, las investigaciones se centran en obtener tecnologías baratas para desalinizar el agua del mar, de tal forma que se pueda abastecer a las poblaciones más necesitadas. En fecha 9 de agosto de 2004, el hoy concejal de Ciencia, Tecnología y Consumo del Ayuntamiento de Albacete, Jorge Laborda, publicó un artículo titulado La tecnología y la guerra seca. En él, abordó una de las promesas más efectivas en este campo: los aerogeles. A modo de conclusión, el también ex decano de la Facultad de Medicina establecía que para desalinizar 4.000 litros de agua al día bastaba con utilizar la energía necesaria para mantener encendida una bombilla de cien vatios.

Se puede encontrar más información en múltiples enlaces de Internet, como este o este otro, además de en el libro El embudo de la inteligencia, que recopila los artículos de prensa de Laborda, todos de carácter científico pero con un lenguaje divulgativo y apto para todos los públicos.