¿ A qué huele Telecinco?

 Crónica del olor que desprende el dinero, de la venta de colonias como sustento económico y del cómo renacer en los momentos de crisis (hoy televisiva, mañana quién sabe).

Juanito el Golosina, símbolo de la definición de "famoso" en T5

El olor de las marcas, es el olor del dinero. Pero el olor de las cenizas es más bien escaso. Después de un incendio los restos yacen y sólo un milagro como el de Lázaro puede hacernos levantar. Las cenizas de telecinco tienen en verdad una forma y una cara que todos conocemos. El supuesto renacer anunciado por su consejero delegado, Paolo Vasile, parece más bien un flashback propio de Aquellos maravillosos años. Las novedades de la cadena se reducen a una Aída sin Aída, Yo soy Bea sin Bea o Sin tetas no hay paraíso sin el Duque. También han vuelto y en versión concentrada los realities, un refrito de crónicas marcianas -ya fracasado- , un refrito de OT mal programado el día de la final del exitoso programa de público juvenil (o carpetero) de Cuatro - “Fama”- o un estrepitoso renacer de Maria Teresa Campos como periodista seria en las mañanas que comparte con la compulsiva copiadora de novelas AR, el eterno retorno del Tomatero Jorge Javier ... qué vuelvan las mamachicho!! El oráculo dice que no tardarán en volver. La innovación pasa por enseñar cacha, especialmente cacha femenina. Y si no al tiempo que viene el verano...

La respuesta, después de la publicidad. O mejor dicho, la respuesta en la publicidad. Ya que es aquí donde la cadena privada de capital italiano busca sus pilares de apoyo frente a la zozobra que le ha llevado a caer en los índices de audiencia hasta límites insospechados. Durante 2008 esta cadena fue la que más apoyo de la audiencia registró con un 18,3 de share, en los primeros meses de este año 2009 ha obtenido sin embargo un 15,5% para el mes de febrero. Para acabar siendo quinta en el total de cadenas durante la primera semana de marzo. Dicho de otro modo, la otrora flamante cadena capaz de atraer al público joven y al de mayor poder adquisitivo está ahora bajo mínimos tras la paulatina desaparición de los éxitos del pasado inminente.

A ello hay que añadir la caída de la publicidad de la que se hacen eco todo tipo de medios, pues es su sustento básico. Con respecto a marzo del año pasado la publicidad ha pasado de 318.000 anuncios a 271.000 lo que ha supuesto unos 70 millones de euros menos en las arcas de las cadenas de televisión. Eso sin tener en cuenta que estos datos se refieren a todas y cada una de las cadenas, incluyendo las que están en “mejor estado de forma”, no hay datos públicos para Telecinco. Además, como factor aún más dramático, hemos de tener en cuenta que el sector de la inversión publicitaria está acostumbrado a un crecimiento constante durante los últimos 15 años especialmente debido a lo que los americanos vinieron a llamar el “boom de las marcas”.

El cambio de patrón de consumo, y el movimiento general a la baja en las compras indiscriminadas, se deja sentir con la pujanza de las marcas blancas. Telecinco, consciente de la necesidad de las marcas para la existencia de la publicidad y por extensión de ella misma como cadena de Televisión, ha creado una campaña de respaldo a las marcas “de colores”.

Campaña que también está llevando a cabo al cadena que ha venido a substituir a Telecinco como la que acapara a parte de la audiencia joven y con gran capacidad de gasto: Cuatro.

Frente a una bajada en picado de los números de resultados proponer abusar de las mismas fórmulas parece el más evidente camino hacia el pozo. Lo curioso es la extraña y malévola similitud de este proceso con las economías de medio mundo. Frente a la crisis, mismas recetas y esperanza.

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LA evolución de Juanito el golosina en la isla de Supervivientes