Disculpas.

Hace un par de años, cuando a Sally Field le dieron el Emmy por una teleserie en la que interpretaba a la matriarca de un clan, dijo literalmente al recogerlo: "Tenemos que reconocerlo, si las madres gobernaran el mundo no habría malditas guerras". Se criticó entonces que la Fox, emisora del evento, censurara la frase sin tener en cuenta que no se le pueden poner puertas al campo de internet, con lo que la declaración llegó hasta la otra punta del planeta en un par de horas. A lo que nadie dijo ni mú fue al (por ser correcto) soberano disparate de la actriz, que además de delatar que a los prójimos masculinos les tenía escasa simpatía, demostraba una ignorancia considerable.

(Pequeño inciso: Si en ese momento yo hubiera tenido superpoderes, la habría metido en el túnel del tiempo para mandarla a vivir perennemente, una y otra vez, como al personaje de Bill Murray en aquella película, al 30 de Marzo de 1982: el día en que a la amiga Margaret Thatcher se le ocurrió mandar tres submarinos nucleares a las Malvinas. Fin del inciso.)

Como me niego a creer que ésta es una corriente generalizada, que ahora resulta que soy clase B y voy a tener que disculparme por tener un rabo entre las piernas, llevo varias semanas esperando una respuesta de la Ministra de Igualdad a algunas propuestas de separación por sexos en la enseñanza. ¡No he encontrado ni una palabra! A lo que me pregunto: ¿será que está a favor? Y empiezan inmediatamte a surgirme más y más preguntas...

¿No es éste un país en el que se dan a todos las mismas oportunidades legalizando el matrimonio homosexual, con igual número de ministras que de ministros o prometiéndole Zapataro a una chica con síndrome de Down el empleo al que tiene acceso cualquier otro?... Si empiezan a separar para no torpedear el desarrollo intelectual de la alumna, como argumentan “solidamente”, ¿quitarán también de en medio a la chica sorda que escribe más lento porque tiene que mirar a la vez a su intérprete, a la que sufre una minusvalía en el brazo y no coge apuntes con la misma velocidad, a la que tiene una carencia intelectual mínima, pero carencia a fin de cuentas, respecto a sus compañeras?... Poniendo por caso que la teoría es cierta, que las mujeres son más inteligentes o estudiosas que los hombres (cosa que tampoco me extrañaría, la verdad, basta remitirse a las notas de la selectividad), ¿no nos merecemos nosotros, entonces, que no se nos margine, sino que se nos incentive para ser algún día igual de listos que ellas?

La única respuesta que saco es que de esto a Auschwitz hay paso y medio.