Ramón Langa y el doblaje desconocido

Sus voces resuenan en nuestras cabezas como un lejano eco, rebotando en los rincones de nuestra memoria cada vez que un actor extranjero o un personaje –de trapo o animado- escupe en la lengua de Cervantes palabras y tonos fácilmente reconocibles por los agudizados oídos patrios, que en la mayoría de los casos desconocen el rostro del que emana ese peculiar sonido que produce el aire al pasar por la laringe.

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Ramón Langa es sin duda uno de los pocos que escapan a ese injusto anonimato. Su característica voz, que en estos días se puede escuchar en la capital junto a Jaime Blanch en la obra Aquí un amigo, instantáneamente nos hace pensar en el pelón de Bruce Willis diciendo yippy ka hey hijo de puta a los malos de la Jungla de Cristal. También insufló artificialmente aire en los pulmones de galansotes otrora de moda como Kevin Costner o al gordinflas Depardieu en su papel de Edmundo Dantés en el Conde de Montecristo. El único que puede hacer sombra en cuanto al posible reconocimiento de su careto es el amigo Constantino Romero, gutural voz del enlutado y mítico Darth Vader. Además del infame villano galáctico también prestó sus registros sónicos al Kunta Kinte adulto de Raíces, Rutger Hauer en Blade Runner, Schwarzenegger en Terminator, James Manson en Lord Jim, y sobre todo, a su más fiel compañero en las últimos treinta años, Clint Eastwood.

Pero junto a estos dobladores nacionalmente reconocidos, existen un sinfín de actores cuyas cuerdas vocales han prestado, y siguen prestando en muchos casos, un flaco favor a sus parlantes originales, que igual nunca hubieran tenido el reconocimiento de los espectadores si no es por la gran labor de estos anónimos duendes. Ahí tenemos por ejemplo a José Luis Gil, famoso hoy en día por la serie Aquí no hay quien viva, transmutada por arte de birlibirloque en La que se avecina, y que lleva desde los setenta prestando su voz a gente como John Ritter en Apartamento para tres, al bailongo de Leroy Johnson de Fama e incluso a Dudo en Los Fraguel.

Jordi Hurtado, presentador de Saber o Ganar, donde parece que se ha hecho crónico y no lo quitan ni con ácido, dicen las leyendas que era la voz de Epi, el eterno compañero de piso de Blas en Barrio Sésamo. Otro Jordi, este más rellenito, de apellido Estadella, prestó sus registros canoros al inspector Gadget, mientras que Chelo Vivares, la actriz que habitaba en las entrañas de Espinete y por cierto esposa de Chema el panadero, es la voz de la doctora Torres en Anatomía de Grey, de Cleveland en Padre de Familia y de Stevie en Malcom. Para terminar con las féminas, Michelle Jenner, la Paca más joven de la serie los Hombres de Paco, y protagonista indiscutible de los sueños húmedos de miles de adolescentes e incluso mozos talluditos y algún que otro abuelete, es la voz de Hermonie en Harry Potter y ha puesto varias voces en C.S.I.

Para acabar con este breve repaso de perdidos entre las sombras, hablaré de dos clásicos básicos del doblaje. Uno sería el chiquitín José Carabias, más conocido en los últimos años por ser el abuelo gitano que acompañaba a su hijo el de los malacatones en los sketchs de Cruz y Raya. Sus pequeños pulmones han generado voces como la del alelado Hervert Viola en Luz de Luna, Dwight Mendenhall, el tonto del trombón, en Fama, Johnny Cade en Rebeldes, interpretado por Ralph Macchio, el eterno niño de Kartate Kid, que aquí hacía de miembro de la pandilla del Brad Pack, e incluso dobló a Álvaro Vitali, el Esteso spaghetti, en una de sus películas cutres titulada La doctora arma el lío, a años luz por cierto de las míticas del legendario dúo Pajares y Esteso. El otro doblador es Luis Varela, el cual no necesita presentación. Toda la vida en el mundo del espectáculo, hoy en día más conocido como Antúnez, el jefe cabronazo de Camera Café, y que lleva años prestando su voz cientos de actores, entre ellos el mítico Dirk Benedict, alias Templenton Peck, alias Fénix en el Equipo A, a Matt Dillon en la Ley de la calle, Gregory Harrison en la serie La Fuga de Logan, a Richard O´Sullivan que hacía de Robin Tripp en la serie británica setentera Un Hombre en casa, o incluso del joven y rebelde Lucio en El Planeta de los Simios.