Gallardón: Ciudadano basura

Buscar en los contenedores de basura en Madrid será multado con 750 euros La nueva ordenanza de limpieza propuesta por el Ayuntamiento de la capital se aprobará este viernes en el Pleno. ¿No debería el alcalde, Gallardón, parar la miseria humana ofreciendo puestos de trabajo, por ejemplo?

Gallardón pretende silenciar la pobreza con multas.

Vivo en el madrileño barrio de Tetuán y cada vez veo a más personas junto a los contenedores de basura. Es un barrio mayormente de inmigrantes, pero los necesitados son actualmente muy heterogéneos. Los mendigos de toda la vida han tenido que ceder su nicho a rumanos, marroquíes, sudamericanos y ahora también a jubilados, ancianos, jóvenes de toda índole y modestas amas de casa.

Ellos, las más de 800.000 familias que tienen a todos sus miembros parados y sin recibir prestación, acuden diariamente a los contenedores a buscar si les sirve algo de lo que a mí me sobra.

Cuando los veo buscando en los contenedores me pregunto si viven en una ciudad tan ciega y desconsiderada como para consentirlo. Así, por parte del Ayuntamiento siempre he esperado medidas que acabaran con esta realidad de miseria humana, ciudadana, pero nunca imaginé la medida que ha presentado y que tomará forma el viernes en el Pleno. Al leer la noticia esta mañana se me heló la sangre:

"La nueva Ordenanza de Limpieza que el próximo viernes aprobará el Pleno multará con 750 euros a todas aquellas personas que busquen entre los contenedores de basura".

Evidentemente se han tomado medidas, pero no a favor de los más necesitados, ni siquiera de acuerdo con la opinión de la mayoría de madrileños (que por lo que veo a diario somos medianamente generosos y compasivos con los que menos tienen), sino que se trata de una decisión sectaria, inhumana y que roza la locura.

Es de cajón entender el por qué hay ciudadanos de nuestra ciudad que se ven obligados a meterse en un cubo de la basura para subsistir. Evidentemente porque no disponen de esos 750 euros que ahora les quieren cargar y con los que podrían vivir varios meses sin pasar vergüenza por tener que subsistir.

¿Acaso cree el alcalde que lo de buscar por las basuras es puro vicio? Parece ser que sí y ahora eleva la multa.

La Ordenanza de "Protección del Medio Ambiente Urbano" (lo llaman), fue aprobada en 1985 y hasta ahora establecía una sanción de entre 30 y 60 euros para este tipo de vulneraciones. El nuevo texto multiplicará esta sanción por búsqueda y rastreo de basuras hasta llegar a esos 750 euros.

El Ayuntamiento de Madrid ya prometía cuando anunció que las comunidades de vecinos que no reciclaran la basura podrían ser multadas con esa misma cantidad (los dichosos 750 euros), pero esta nueva ampliación clama al cielo.

¿Buscar en el contenedor es un delito y coger algo del suelo no? Animo a todos los madrileños a ir contra este estético civismo, pero no contra la humanidad. Os invito a que, de imponerse esta medida, depositemos nuestras sobras más reusables fuera de los contenedores. Hagamos de nuestras calles un "Caritas de verdad" y no una ratonera para que los que menos tienen terminen en los calabozos.

Quizá a Gallardón, preocupado por la candidatura de Madrid 2016, le interese más la imagen que su ciudad pueda dar al mundo que la dramática situación de sus representados. El alcalde no pretende sólo mantener sus contenedores a rebosar de basura ( para que se vea que gastamos), sino que también desea limpiar las calles de "escoria humana" (pensará él) , barrer a las personas que ensucian la imagen de su ciudad perfecta.

Esta escandalosa medida, fruto de vivir en y para un mundo de etiqueta, es una vergüenza, una aberración. Esta tremenda falta de compasión por los más necesitados le hace a Gallardón propietario del título de honor "Ciudadano Basura" en una ciudad, la capital de España, cada vez más dividida, descompensada, aturdida y absurda.

Los de la Moraleja y Pozuelo frente a los de Vallecas y Carabanchel. Los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Los que buscan desesperadamente trabajo y los que, aun pudiendo, no ayudan en nada para que lo consigan. 750 euros por no poder comer. Un crimen.