El subdesarrollo social en España

El origen de este artículo, incluido su título, está en la lectura del libro de Vincenç Navarro El Subdesarrollo Social en España. Causas y Consecuencias, editado por Anagrama, continuación de otro libro, Bienestar insuficiente, Democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestra país, galardonado con el Premio Anagrama de Ensayo 2002. ¿Por qué este título? ¿Qué pretende el autor explicar?

Vincenç Navarro

Básicamente, poner el dedo en la llaga sobre el escaso desarrollo del Estado de Bienestar y los instrumentos democráticos españoles en relación con el resto de Europa, explicando sus consecuencias y sus causas. Para una exposición adecuada de un tema tan complejo, seguiremos varios puntos tal y como los explicita Navarro, añadiendo aspectos de cosecha "propia" (en realidad otros datos de autores que confirman y complementan los argumentos de Navarro).

El primer punto que marca Navarro es la insuficiencia de las políticas sociales españolas, y como estas fueron decreciendo con el gobierno del PP, y escasamente retomadas en el período político que le continuó. No es cuestión de aburrir al lector con datos, así que el interesado en profundizar en el tema puede acudir a la bibliografía en la web de Navarro, o a los datos del Observatorio Social de España, que dirige junto con otros colaboradores nacionales y extranjeros. Este déficit social queda mostrado en el menor porcentaje (en ocasiones de varios puntos) que España dedica a educación, sanidad, pensiones, servicios de ayuda a las familias, o en la desrregulación salvaje del mercado laboral español, que ha provocado que en este país tengamos la tasa más alta de temporalidad de la UE-15 (el grupo de 15 países de la UE que lleva más tiempo integrado como tal).

Para analizar las causas, Navarro se refiere a la persistencia en democracia de grupos de poder muy conservadores nacidos durante la dictadura franquista, de corte fascista, con un enorme poder social y político como se deduce de la actual influencia de la Iglesia, de la negación de la memoria de la II República, o de un nacionalismo conservador, no sólo españolista. Según este autor, el peso de esta tradición es tal que en es España realmente hay una "democracia incompleta", marcada por un ley electoral muy regresiva que impide una adecuada representatividad de la izquierda (como ejemplo, podemos añadir a título personal el caso de las últimas elecciones y la flagrante diferencia entre diputados que obtuvo IU con respecto a otras fuerzas menos votadas, como CiU), y un predominio conservador en los medios de comunicación que ha elevado el neoliberalismo a doctrina hegemónica, negando cualquier resonancia para las voces disconformes (aunque esto va poco  a poco cambiando), y el tratamiento de temas que afectan a todos como los servicios públicos y su subdesarrollo, o la existencia de clases dentro de nuestra sociedad, así como la feroz ofensiva que las clases más altas han desatado en los últimos años para consolidar su posición social a costa de derechos que deberían ser de ciudadanía: sanidad de alta calidad, educación pública excelente, ayudas a las familias, a la incorporación de la mujer al trabajo, paridad, legislación laboral justa, mayor progresividad fiscal, o laicidad del estado, entre otras.

El fondo de este argumento, esto es, el predominio de clases sociales muy acomodadas, muy conservadoras y muy celosas de sus privilegios que supieron mantener su estatus en la Transición gracias, en parte, a las cesiones de los movimientos democráticos de izquierda, no es nuevo, y lo encontramos, por ejemplo, en el libro de Ferrán Gallego El Mito de la Transición. La crisis del franquismo y los orígenes de la democracia (1973-1977). Otro ejemplo sería la obra Banking on Privilege: The Politics of Spanish Financial Reform, de Sofia A. Pérez, que desgrana como se ha configurado la actual oligarquía bancaria a partir de unas pocas familias forjadas en el franquismo. Historia oculta (o ocultada) de España, pues. 

¿Cuales son las alternativas?. Navarro, como otros economistas españoles de izquierda (ampliamente ignorados, salvo excepciones), propone reducir el déficit social español, profundizar en la democracia y fortalecer el Estado de Bienestar a imitación de los países escandinavos, que cuentan con los indicadores sociales más avanzados de Europa. En su opinión, el nivel de vida aparentemente boyante que tenía la economía española hasta el 2008, sostenido por el crédito, era ficticio, ya que se sostenía sobre una burbuja crediticia e inmobiliaria de cuyo estallido todos saldremos perjudicados. Para él, el verdadero origen de la crisis está en el enorme trasvase de riqueza y plusvalía social que las políticas neoliberales realizadas en los últimos años han provocado en España, y en el mundo, que han producido que los trabajadores se hayan empobrecido (asumiendo deudas espantosas por un piso, añadiría), mientras que las clases más acomodadas acumulaban un capital que sólo pudo tener, para ser rentable, una salida especulativa (el ladrillo), que se ha demostrado como catastrófica.

Esta explicación de la crisis es, por cierto, la misma que Galbraith aplica para el crack del 29, con argumentos tan sencillos (e incontestables) como este: si el trabajador se endeuda y empobrece, y el capitalista aumenta su riqueza ¿quién va a comprar pan? El capitalista no va a gastar todo lo que gana en él mismo, ahorrará mucho capital, y este saldrá por donde sea más rentable, es decir, el mercado financiero y la especulación, como ya hemos dicho. Nada nuevo bajo el sol, y más ahora que en los medios de comunicación no se deja de hablar de regular estos mercados (cuando antes, desrregulados, eran una especie de maná económico). En definitiva, el quid de este planteamiento de izquierdas reside en que una economía productiva, que avance y satisfaga las necesidades de todos es aquella en la que hay mayor redistribución de la riqueza, de modo que esta circule entre todas las capas sociales, creando una economía de base real y no basada en la especulación.

Por último, quisiera hacer un par de puntualizaciones, necesarias ya que este tipo de discurso ha sido objeto de ataques constantes desde los medios defensores del liberalismo, y aún lo es (no hay más que encender la tele, o abrir los diarios mayoritarios). Lo que Navarro, entre otros, proponen, no es comunismo, sino una profunda socialdemocracia. De hecho, Navarro asesoró a Allende, a la ONU, o a Hillary Clinton cuando esta llevó adelante una mesa de trabajo para universalizar la sanidad estadounidense durante el primer mandato de su marido.

Segundo, una vez comprobado a donde nos llevaron 20 años de liberalización de la economía en este país (un término por otra parte engañoso, ya que siempre hubo regulación, lo que ocurre es que se realizó para beneficiar a las grandes acumulaciones de capital en pocas manos), es cada vez más necesario que los ciudadanos de todas las clases conozcan y valoren estas perspectivas, la situación actual del desarrollo social en España y sus causas de manera clara. No se trata de convencer a nadie, pero sí de reflejar unas ideas que deben ser debatidas, evitando un sesgo tan apabullante como el de los últimos años a favor de políticas que, como estamos viviendo todos, nos han llevado a un callejón de difícil solución. Pues eso.