Vaticano Connection

Lampreas Y Boquerones: La llegada a España del Cardenal Bertone ha motivado diferentes interpretaciones en los medios de comunicación. Así que aquí va una más....

Sabido es que la diplomacia vaticana pasa por ser una de las más eficientes del planeta, y así tuvimos oportunidad de comprobarlo gracias a las lisonjeras palabras del cardenal Bertone en su encuentro con la vicepresidenta De la Vega. Colorida y elegante, a doña Teresa le sacó los colores el purpurado vaticano, quien no quiso ir más allá por italiano casto y porque mentir es pecado cuando la vio reír como una colegiala ursulina, roja por dentro y por fuera aunque un poco lila. Todo un señor. Las manos derechas incorruptas de ambos gobiernos se estrecharon las propias con cortesía versallesca antes de pasar de las bellas palabras a los abruptos hechos, los que le han traído a estos lares en sagrada misión. Divinos, que diría Boris.

Para Bertone fue el día de las mil fotos en las que solo le faltó salir con el Mocito Feliz, aunque de su mensaje apenas ha trascendido nada ya que los políticos, aunque estén tonsurados, son muy suyos con lo nuestro. Es de suponer que el cardenal reafirmaría ante el presidente la autoridad de la Iglesia en lo referente a las cuestiones morales y Zapatero le replicaría que para moral la del Alcoyano, que de las leyes que tanto irritan a la curia no piensa mover ni una coma, pensando tal vez que la postura de la Iglesia en estos temas sociales le recuerde al timo de las estampitas, las de los santos, así que le hizo la cruz. Y tiene su parte de razón, a Dios lo que es Dios y a los bancos lo que es del César.

Ya más en la intimidad, Bertone reprocharía la postura del Gobierno en asuntos como el aborto, la educación para la ciudadanía y los matrimonios homosexuales poniendo en todo ello el dedo sobre la llaga, mientras que Zapatero, poniéndolo sobre la ceja, se habrá revuelto espetando a aquel que no son más que avances sociales, derechos conquistados que son gloria bendita y que, aunque opuestos al credo religioso con el que no comulga, no tienen por qué ser incompatibles ni excluyentes. Eso está por ver, ciertamente, pero cuando acusaron al Gobierno de que acabaría destruyendo a las familias, se decía entonces que sería por causa de los casamientos de gays y leyes semejantes y no, como está ocurriendo ahora, por efecto de la Ley Concursal. Así se lo confesó Zapatero al cardenal, pero este no le dio la absolución.

No sabemos cómo acabará la visita de Bertone ni si seguirá repartiendo pan de los ángeles a un Gobierno que sabe latín. A fin de cuentas a lo que ha venido es a exponer un rosario de quejas al ejecutivo, así que se equivocan quienes creen que con su visita a lo que viene es a desautorizar a la Conferencia Episcopal Española, porque eso sí que sería un milagro. Y es que al final, lo malo que tienen los reinos que no son de este mundo, que no se puede conocer el cambio oficial en euros de treinta monedas de plata.

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