Y ahora, los bancos

Lampreas Y Boquerones: el día en que se han conocido los escalofriantes datos del paro del mes de Enero, el Gobierno ya ha encontrado al primer culpable: ellos (sean quienes sean)

Lo malo de querer ponerle puertas al campo es saber dónde colocar luego el portero automático. Es lo que está ocurriendo con los bancos y las medidas anticrisis del Gobierno, ese chute de millones siderales que parecen haber caído en un agujero negro espacial. De ello se culpa a los bancos y nos dice el Gobierno que ahora son malísimos, de lo peor, como si no lo supiéramos, y que se va a enfadar. Y es que mientras a unos se les acaba el contrato y a otros el subsidio, al Gobierno se le está acabando la paciencia, que es patrimonio del Estado.

Cuentan que en la pasada reunión con los banqueros, Zapatero los abroncó hasta el punto de que alguno no pudo contener la risa. El Presidente, al parecer, tronaba como una santabárbara pero los otros solo se acordaban de Santa Rita Rita. Miraban a Zapatero, a juzgar por las fotos, con la misma estupefacción que sintiera una zorra a la que se le ha encargado cuidar del gallinero, y ahora persiguen garrote vil en mano.

Bien hace el Gobierno en castigar a aquellos en quienes confió parte de la reactivación económica, o eso se nos dijo entre diretes, porque si los bancos le han engañado habrán de responder, pero también el Gobierno debe hacerlo por haberse dejado engañar, que entre tanto engaño solo vamos a conseguir acabar a cornadas los unos con los otros. Eso le ha pasado por meterse en comisiones de once varas.

Cuentan que la Subdirección General de del Estado para el Reparto de Culpas está que echa humo trabajando a todo gas, pero al final solo sabemos que pasan los meses, el dinero prestado no aparece y los datos del paro nos hacen temblar. Tememos cada vez que el Gobierno habla de tomar medidas porque nos recuerda al siniestro personaje que vestido de smoking negro acompañaba los duelos al sol en las películas del Oeste. Solo nos queda esperar que la próxima vez que con alguna idea se le encienda la bombilla al ministro Sebastián no sea de las de bajo consumo.

Sería aconsejable que los bancos nos explicaran aunque fuera a vuelta de correo qué está pasando, pero lo malo es que nos cobrarían el sello.