De Jueces Puñeteros

Lampreas Y Boquerones:  Jueces de todos los rincones de España han tocado a rebato para ir a la huelga cansados, dicen, de que para que atiendan sus demandas han de esperar hasta el día del Juicio. El Final, claro...

Paradojas de la vida, la anunciada huelga de jueces va conseguir que, por una vez, sea la sociedad la que juzgue a sus juzgadores. Esta huelga, todo un hito histérico, está consiguiendo poner sobre el estrado algunas circunstancias que más allá de los hechos contradicen la teoría política y debiera sentar en el banquillo ciertos aspectos de la cuestión antes de quedar togada y hundida del todo. En efecto, se comenta el fuerte corporativismo de los jueces especialmente en aspectos materiales con el mismo tono en que se hablaría del gremialismo de charcuteros, es un decir, o sepultureros. Pero ocurre que esta alegación, con ser sencilla, no admite casación con el concepto real de Poder del Estado que constitucionalmente se predica de la judicatura. Y así, como bien afirmó el ministro Bermejo, sería incomprensible que un diputado se pusiese en huelga. Esto es muy cierto, como también lo es el hecho de que cuando un ministro, el conjunto de ellos, acuerda subirse el sueldo lo hace y ya está, o si debe contratar a un ayudante, pues lo hace, al igual que cuando necesita renovar su sistema informático cuenta con sus propios recursos de reposición. No es el caso de los jueces que en estas reivindicaciones al menos, han de contar no solo con el visto bueno del legislativo sino que han de suplicar y rogar su generosidad en audiencia pública.

Esta tutela material de un poder sobre el otro inevitablemente afecta a la independencia del tutelado, situación esta que no ayuda a combatir el citado Bermejo cuando propone la práctica de una prueba de contenido psicológico para el acceso a la profesión. Bien está la idea, si, pero preocupa que solo sea efectiva para uno de los poderes. Y, en fin, acostumbrados como estamos al discutible funcionamiento de la justicia en España, pueda ser que no comulguemos con las reivindicaciones de los jueces ya que es opinión de la calle que no nos importa tanto que la justicia sea independiente o eficiente como que cuando nos toca nos de la razón. Y en estos casos, hasta nuestro abogado parece bueno, salvo prueba en contrario.

Lo que no es admisible es que las partes pretendan convertir el asunto en mera confrontación política de partidos ni que el Gobierno, acogiéndose a sagrado, haga mutis por el foro.

sanchezreverte.blogspot.com