El azote de los guionistas y su eco

¿Recuerdan que el invierno pasado los guionistas del país más poderoso del mundo decidieron ir a la huelga, entre otras cosas, por la consideración profesional que se tenía de ellos y de su trabajo? Esta huelga supuso la pérdida de más de 2.000 millones de dólares para la industria del cine.

Un ejército de guionistas contra el imperio cinematográfico

El eco del azote de los guionistas ha llevado a la Street Actors Guild  (SAG) o sindicato de intérpretes -desde especialistas, extras de todo tipo a Sean Penn o Meryl Streep-, a convocar una huelga tras cuatro meses de arduas negociaciones con el conglomerado de los grandes estudios sin conclusión alguna. 

Y es que Hollywood hace algunos años que dejó de ser una fábrica de sueños para convertirse en una fábrica de huelgas. Esta última está relacionada con las nuevas tecnologías: Alliance of Motion Pictures and Television Producers exige al sindicato de artistas la contratación libre de actores no sindicados para producciones con internet como destino único, además de eliminar el pago residual que se deriva de la explotación del resto de los productos audiovisuales en la red. "Nos piden que bendigamos un sistema que podría significar el principio del fin de los beneficios residuales y eso es una idea que asusta a muchos actores", afirma Doug Allen, director ejecutivo del SAG.

Asustará sobre todo al doble de trasero de Leonardo Di Caprio que no tiene ningún beneficio de explotación, salvo posiblemente el residual. Y sólo si no protagoniza un anuncio de cerveza doble malta. De hecho, me ofrezco a cualquier productor publicitario que quiera rodar tal anuncio. ¿Quién notará la diferencia si el anuncio se realiza con ropa?

Los altos mandatarios del SAG hablaron claro, "si no encontramos una solución satisfactoria iremos a la huelga". Esta decisión deberá ser aprobada por al menos el 75% de 120.000 actores mediante una votación en las próximas semanas.

Yo me pregunto, ¿esto realmente nos perjudica? ¿No será mejor que una industria que desde hace años nos deja unas tres películas visibles por temporada se detenga? ¿O suponiendo que el talento siempre emerge -con industria o sin ella- muera definitivamente? Como esto evidentemente no ocurrirá nunca y según nos vayamos acercando a la Noche de los Óscar la actividad se reactivará, quizá debiéramos nosotros sentirnos insultados. Quizá debiéramos nosotros, los espectadores, ir a la huelga.

Como esto evidentemente tampoco ocurrirá nunca quizá debiéramos dejar de tomarlos tan en serio y comenzar a ver cine ruso.

Imágenes como éstas podrían repetirse las próximas semanas