Garzón y los desaparecidos de ambos bandos

El Juez Garzón ha solicitado información sobre los desaparecidos relacionados con los tribunales republicanos.

Era tan obvio que clamaba al cielo.

Desde pequeño, escuché historias de terror en boca de testigos presenciales. Mis abuelos paternos, republicanos convencidos sin agresividad hacia la monarquía, relataron la forma de actuar, expeditiva y cruel, de los que daban "el paseo" a los sospechosos de pertenecer a la derecha. Mis abuelos maternos, conservadores y situados al otro lado de la línea, observaron de igual modo la actuación contra los republicanos.

Observe el atento lector que las historias no contenían las agresiones del bando contrario al propio. Republicanos en zona republicana horrorizados por las barbaridades de los suyos. Y lo mismo en el bando rebelde. Hace mil años que descarté afán alguno de revancha o venganza en las historias de mis abuelos.   

En la guerra civil murió gente de los dos bandos. Se cometieron atrocidades en ambos. Se hizo lo que nunca se debió hacer, enfrentar violentamente a familiares, amigos, vecinos, compatriotas.

Restañar solamente las heridas de uno de los contendientes suena a vendetta de perdedor que ha encontrado la oportunidad para devolver el golpe.

Tratar de igual modo a los dañados de ambos bandos se parece muchísimo más a hacer justicia, porque se respeta el principio de igualdad ante la Ley cuando se busca el desagravio sin importar la filiación del agraviado.  

He echado de menos algún planteamiento de éste estilo en la clase política. No quiero creer que los de izquierda se hayan enfrascado de éste modo en la tarea de ganar la guerra civil varias décadas después de haberla perdido. Tampoco quiero creer que la derecha timorata siga temiendo a ser identificada con el régimen del dictador.

Por suerte, el acierto del poder judicial pone cordura a los planteamientos parciales mayoritariamente observados en los gestores de la cosa pública. Confío en que, actuando de éste modo, las heridas queden definitivamente cerradas y reciba compensaciones quien sea acreedor a ellas, sin importar el bando en el que fue asesinado.

Gracias, señor Juez.