Mientras un huracán cualquiera acariciaba, hace cuatro días, Nueva Orleáns y nos asediaban con conexiones en directo abriendo telediarios, la tierra se inundó en India, a causa del agua que desbordó una presa en Nepal: 2.000 muertos, 180 aldeas arrasadas, 3.000.000 de desplazados, se ignora el numero de desaparecidos. Las víctimas y las desgracias de nuestro mundo no tienen el mismo peso.
Inundaciones en India: 2.000 muertos
Más de 250 mineros fallecidos en una mina china por un derrumbe, no ocupan ni una sola línea hoy en los periódicos españoles, ni logran saltar a portada en meneame.net. Lo realmente destacado, a esta hora, es que se han producido dos víctimas en Texas por el paso de otro huracán. Se sitúa antes que los 88 muertos al estrellarse un avión ruso en los Urales.
Cuba o Haiti arrasados por IKE, no ofrecen la misma consideración que el temor norteamericano ante la llegada del mismo huracán. Cuando EEUU estornuda, el mundo tiembla, y los informativos españoles saben de qué hablar. Enviados especiales, noticia de apertura, detalles. Choque de trenes en California, 25 muertos, nos lo hacen saber. 30 muertos, al mismo tiempo, por una cadena de explosiones con bomba en Nueva Delhi no merece ni mención.
Donde está el corresponsal o el ojo de una cámara está la noticia, lo demás no existe. Pero en nuestro ancho mundo suceden muchas más cosas de cuantas nos cuentan. Cuatro agencias occidentales distribuyen imágenes, el nuevo periodista no necesita preguntarse más. Edita la imagen o la noticia, traduce, si es menester, y ahí acaba su agotadora labor. Esa es una de las principales causas de las profundas desigualdades en la información, pero no la única. El tiempo me ha hecho elaborar una especie de tabla estadística de los muertos: un norteamericano herido equivale a un israelí muerto, a 2 europeos, a 5 palestinos, a 200 africanos o sudamericanos y a unos 2.000 indios o chinos, 10.000 quizás en este último caso. Y, con esas cantidades, ni siquiera ofrecen la misma tipografía, ni el mismo lugar en la información.
EEUU impulsó muchas libertades de las que hoy gozamos, hasta la ya imparable liberación de la mujer nació allí. No hay el menor sesgo peyorativo en que sus heridas y temores sean preferidas a la muerte, el dolor o el hambre de millones de seres humanos. Es el orden de prioridades dictado desde los medios y la costumbre lo que debe cambiar. No estamos informados ni de lejos. Saber lo que ocurre realmente es fundamental para tomar decisiones. Devolvamos a los corresponsales a casa, dejemos a la chica del tiempo con los anticiclones locales, y contemos lo que sucede en su justa medida. Porque, conocidas, algunas de las desgracias de remotos parajes podrían convertirse en vida.
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Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
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