Recuerdos de la Eurocopa: el gol de Torres

Ponemos punto y final hoy a esta mini-sección que hemos dado en llamar ‘Recuerdos de la Eurocopa’. En anteriores artículos hemos recordado el mítico gol de Maceda en el Europeo de Francia de 1984, la volea imposible de Van Basten en 1988, el gol de oro de Oliver Bierhoff que otorgó a Alemania el título en 1996 y el golazo de Alfonso contra Yugoslavia en 2000. Hoy vamos a recordar el gol de Fernando Torres contra Alemania en la final del Europeo de 2008, con el que España consiguió levantar por segunda vez en la historia la Copa de Europa.

Celebración del gol de Torres (EFE)

España llegaba a aquel campeonato sumido en un mar de incertidumbres. Por un lado, la relación del seleccionador, Luis Aragonés, con la prensa y con la propia Federación era manifiestamente mejorable. Luis había amagado varias veces con la dimisión y la Federación lo había hecho a su vez con el cese. Se llegó así al torneo con la confirmación de la no continuidad de Luis independientemente del papel que se realizara. Y para colmo, la decisión de Aragonés de no convocar a Raúl, referente de España durante más de una década y cuyo resurgimiento tras varias campañas mediocres hacía albergar opciones de volver a la selección, levantó un debate nacional en prensa y afición.

El juego del equipo tampoco terminaba de funcionar. El seleccionador había apostado por poblar el centro del campo con un conjunto de pequeños jugadores de enorme talento (Xavi, Fàbregas, Silva, Iniesta), especie que abundaba en aquellos tiempos en nuestro fútbol. Se le acusaba de equipo frágil, falto de músculo. Se dudaba que el equipo pudiera responder defensivamente con un solo mediocentro defensivo (Marcos Senna) y una defensa considerada vulnerable. Demasiados jugadores de corte tan similar no podían funcionar juntos. Lo cierto es que hasta llegar al campeonato, el equipo no había despejado las dudas. Pese a momentos de brillantez, las sombras ganaban a las luces.

La primera fase se resolvió con solvencia y buen juego. Una contundente victoria contra Rusia (4-1) y otra más ajustada frente a la Suecia de Ibrahimovic (2-1), entonces jugador el Inter, clasificaron directamente al equipo y permitieron el lucimiento de los suplentes ante Grecia (2-1). En los cuartos esperaba Italia, recurrente bestia negra de los españoles en aquellos tiempos. España dominó el partido pero no supo romper la defensa de un equipo italiano encerrado jugando al cerocerismo. La apuesta les salió bien a los italianos hasta toparse con el meta Casillas, inconmensurable deteniendo dos penaltis en la tanda definitiva. En las semifinales, la Rusia de Arshavin fue testigo directo de un vendaval de juego de toque rápido y dinámico. El 3-0 en el marcador refleja la superioridad de la selección española en aquel partido cuya segunda parte aún se recuerda como una de las mejores demostraciones de juego de una selección en un torneo de alto nivel.

El 29 de junio de 2008 se disputó la final. El rival, la siempre temible Alemania, que había superado una ronda tras otra, como es habitual, con más oficio que buen juego. El principio del partido sorprendió al equipo español. Los alemanes salieron fuertes, encerrando a españoles, cuya ordenada defensa le permitió mayores sobresaltos. La tormenta duró un cuarto de hora. A partir de ese momento los centrocampistas españoles se hicieron dueños de la situación y España comenzó a realizar su juego preciso y combinativo. En el minuto 31, Xavi metió un pase en profundiad a Fernando Torres. Aunque parecía que la ventaja era del lateral alemán Lahm, el sprint de Torres superó al defensa germano y con un toque sutil elevó el balón para superar la salida del arquero alemán Lehman y mandar el balón a depositarse en la red. 

En el resto del partido España dominó magistralmente ante una impotente selección alemana. Aun sin realizar un juego del nivel del mostrado en la semifinal, el equipo español tuvo varias oportunidades para ampliar el marcador y situarlo en unos guarismos más apropiados a lo visto sobre el campo.

España entró en la historia al ganar su segunda Eurocopa. Pero, sobre todo, entró en la historia de los equipos que a base de buen juego han elevado el fútbol a la categoría de arte. Como había anunciado, Luis abandonó la selección para entrenar al Fenerbahce turco. Su sustituto fue Vicente del Bosque, que continuó la labor del ‘Sabio de Hortaleza’. Pero esa es otra historia, cuyo final es de sobra conocido.