Trabuco de la noche

Hermann Tertsch se estrenó ayer en el informativo nocturno de Telemadrid 'Diario de la noche'. Un debut plagado de fallos, pero también de buenas intenciones.

Hermann Tertsch en el plató del programa

 Tenía ganas, pero ni cuerpo ni voz le respondieron. El bueno de Hermann Tertsch salió como un flan a debutar en El diario de la noche de Telemadrid y no pudo relajarse hasta la última parte del informativo con la sección analítica de la prensa diaria, algo en lo que sí está experimentado.

Su buena compañera, la sempiterna Ana Samboal, acostumbrada a quedar relegada a las sombras de la noche cuando se ficha a una nueva estrella (Germán Yanke, Sánchez Dragó) le hizo intencionadamente unos coros campechanos, casi de fiesta, pero ni con esas consiguió que su partenaire se relajara.

El pobre Hermann leía y releía el cue, que repasaba sin creerse en ningún momento que lo que estaba escrito también podía ser dicho con naturalidad al pilotito rojo. Al final, tras trabucarse en cada intervención- el nudo de su corbata también ayudo a dejarle hierático- ni siquiera resoplaba.

Pasó “el gran anuncio informativo autopromoAguirre” con noticias de fútbol incluidas (Dragó las sustituía por los toros) y Herman comenzó a relajarse mientras Samboal, experta en economía, le leía los titulares de la prensa del día siguiente.

El periodista comenzó a respirar y a moverse como pez en el agua, recordando quizás su buen hacer como polemista de Madrid Opina. Analizó con criterio derechil cada detalle e hizo que viéramos a la persona que se escondía tras esa efigie inicial. El programa terminó al uso, con la sección del Tiempo contada como toda la vida. Flojo remate. Eché de menos la poesía y los proverbios de Dragó mirando “el cielo” de Madrid.

Diario de la Noche sólo ficha a presentadores despistados cuyos cues  leen mal. “Mal, no: ¡Muy mal!” (como diría Antonio Ozores). Pero con cada estilo, cada etapa del programa se ha hecho única e irrepetible.

Yanke fue ágil, incisivo y enfático: el más objetivo de todos.; Dragó, artista y cuentista: vendido a sus amigos; y Herman, está por ver lo que tiene que ofrecernos antes de dar paso a la cada vez más grande Cristina Tórrida.