Hagas lo que hagas, ponte bragas

Bajar de un coche sin bragas mientras te rodean cientos de fotógrafos ansiosos por tu entrepierna es uno de las nuevas técnicas de márketing que ha hecho posible Internet. Y un subgénero en alza entre las estrellas de poco pelo (o de medio) y los usuarios ansiosos por matar el rato en la aburrida web 2.0.

La inquietante Shauna Sand, ex de Lorenzo Lamas, un día que no llevaba bragas y la puerta del copiloto no abría.

Cecilia Roth, en aquellos hilarantes anuncios de bragas Ponte que aparecían en Pepi, Luci Bom y otras chicas del montón es una referencia obligada de un subgénero, representado con precisión por aquel Almodóvar escatológico de los primeros años. A aquella caspa, con el paso de los años, se le ha sacado brillo y rendimiento. Siempre ha sido un buen negocio, o al menos un exitoso entretenimiento, mostrar lo ridículo.

Internet cuenta en su historia con varias aportaciones (una la que nos permite recuperar el citado spot y emplear su slogan como título), a las que también podemos llamar subgéneros. Entre los más notables, por el grado de perfeccionamiento logrado, está el de las entrepiernas de famosas cazadas mientras se bajan de un coche; en especial si no llevan bragas y lucen, gracias a la famosa depilación brasileña, una vagina lustrosa y libre de contaminación visual. La lista de las Sinbragas Motorizadas, liderada por la inigualable Britney Spears es larga, y se completa con las que no se depilan, las que llevan ropa interior y las que no sé sabe qué coño llevan (permítase el vulgarismo de ida y vuelta, pero viene al pelo, o a la piel, aunque uno desee huir de los lugares comunes). Por citar algunos casos, tenemos a Lindsay Lohan, Shauna Sand (la conejita, valga la redundancia, cuya bajada de auto ilustra estas líneas), Emma Watson o Hilary Duff.

El género del coño bajante, no se me ocurre un nombre mejor, es evidentemente masculino. Aunque, en  su variantes celulíticas también interesa a mujeres de todas las edades. A algunas, las aspirantes a vivir del cuento o las amantes de la promoción barata, les ha abierto una puerta inesperada a la fama. Para que luego digan que la red no sirve para nada.