Recuerdos de la Eurocopa: Bierhoff inaugura el 'gol de oro'

El gol de oro fue una norma instaurada a mediados de los 90 con la finalidad de intentar evitar el juego especulativo en las prórrogas y mitigar en lo posible la injusticia que supone el azar de los lanzamientos de penalti. La regla consistía en que una vez terminados los 90 minutos reglamentarios con igualdad en el marcador, el primero que marcara en el tiempo extra ganaba el partido. Si no había ningún gol, se lanzaban penaltis.

Oliver Bierhoff anotando contra Chequia

Después de probar en torneos de selecciones inferiores, el gol de oro –conocido también como muerte súbita- fue introducido por primera vez en el Campeonato de Europa disputado en Inglaterra en 1996. Hasta cinco prórrogas se disputaron aquella Eurocopa. Dos en cuartos de final (Inglaterra – España y Holanda – Francia) y otras dos en las semifinales (Francia – República Checa e Inglaterra – Alemania); sin embargo el gol de oro se hizo de rogar y no apareció hasta la final.

Alemania y Chequia fueron los protagonistas de la sorprendente final. Los checos habían sido la auténtica revelación del torneo. Estuvieron a punto de ganar el título con un conjunto de jóvenes jugadores talentosos que serían la base del equipo durante la siguiente década, y entre los que destacaban Nedved, Smicer, Bejbl, Poborsky, Berger o Nemec. En su primera aparición en una gran competición, el conjunto checo sorprendió dejando fuera a la Italia de Sacchi en la primera fase y eliminando a Portugal y Francia en cuartos y semifinales. La sorpresa fue tal para ellos mismos que Smicer tuvo que cancelar su boda, fechada para el mismo día de la final

La presencia de Alemania en la final no fue tan sorprendente. Los teutones, aunque ya no tenían en sus filas a jugadores de tanto talento como en los años 80, contaban con un equipo sólido y competitivo, donde Sammer, Hassler, Scholl y Moeller ponían las gotas de calidad y el veterano Klinsman el olfato goleador. Los alemanes, con más oficio que juego, dejaron en la cuneta a la pujante Croacia de Suker y Prosinecki en cuartos y a la anfitriona Inglaterra en semifinales.

Fueron los checos los primeros en adelantarse en la final, con un gol de penalti en el minuto 59 convertido por Berger tras un derribo de Sammer a Poborsky, muy protestado por los alemanes por considerar que la falta era fuera del área. En el minuto 73, Bierhoff, que había sustituido cinco minutos antes a Klinsmann, cabeceó a la red un balón colgado al área por Ziege, colocando las tablas en el marcador. Con el empate se llegó al final del tiempo reglamentado. Cuando la prórroga llevaba sólo cinco minutos, Oliver Bierhoff cazó un balón en el interior del área de espaldas a portería, se dio la vuelta y, pese al cercano marcaje de Rada, propinó un zurdazo que, a pesar a estar a punto de atajar Kouba, se terminó alojando en el interior de la portería. El partido había terminado. La euforia alemana contrastaba con la desolación de los checos, a los que la 'crueldad' del gol de oro privó del intento de remontada.

La nueva regla no tuvo mucho recorrido. El resultado obtenido no fue el esperado, pues los equipos especulaban más que antes ante el panorama de un error fatal sin opción de respuesta. Siguió vigente en el Mundial de Francia, sirviéndole al equipo local para derrotar a Paraguay en octavos de final, y desapareció, tras ser sustituida durante algún tiempo por la variante del gol de plata. Sin embargo, tanto checos como alemanes recordarán siempre aquella prórroga que duró sólo cinco minutos.