PP: Alguien ha matado a alguien

Todos se van. Unos dicen que han perdido la confianza. Otros se marchan sin dar explicaciones. Los de más allá aseguran que algo falla en el pepé. Algunos ciudadanos creemos que la alternativa al partido que gobierna es sana y necesaria. Y nos preguntamos: "¿Por qué salen escopetados?" Escasa respuesta. Solamente un escueto "El último, que cierre la puerta"

Como casi siempre, me quedo con el comentario certero de la presidenta Esperanza Aguirre. Según ella, algo se está haciendo mal en la dirección nacional del PP.

No ha de entenderse esta expresión en su sentido aparentemente literal. La "dirección nacional" no es un grupo de sesudos políticos que se sientan en una sala de reuniones de la calle de Génova número 13, Madrid. No, no. Se trata de la dirección, la trayectoria, los derroteros, el rumbo en el que Rajoy está intentando colocar al partido.

Hablamos de lo que el PP quiere para España. La "dirección" que se toma al enfrentarse a conceptos como nación, modelo de estado, postura ante los que cada vez lo tienen más dificil, ante los que cada vez son más inmensamente ricos, ante los ladrillos que se dispersan, las hipotecas que te miran a los ojos, los inmigrantes que inmigran, los mileuristas que no llegan al mínimo, los seiscientoseuristas que no llegan al nivel de los anteriores, los  homosexuales que reclaman su fuero, los recursos naturales que escasean, la educación que no recibimos, la sanidad que se nos escapa entre los dedos, los nacionalismos del siglo pasado que se hacen pasar por ideologías del futuro, los canónigos que no encuentran su lugar en una sociedad cada vez más despreocupada del más allá...

En definitiva, hablamos del camino a elegir entre los que están disponibles en la encrucijada del presente.

Apuesto a que Rajoy se ha vuelto pragmático de repente. Tal vez ha decidido renunciar a muchos de sus principios para asegurarse la siguiente victoria electoral. Es un hombre inteligente, o no, y ha decidido unirse a ellos porque no puede vencerles.

Lo mejor de todo esto es que, de verdad, va a salir a la palestra una alternativa creíble de centro derecha. Conviene a todos, a excepción de Pepiño Blanco (el esato, correto, perfeto) que los complejitos del partido popular sean definitivamente sepultados bajo toneladas de fina arena de playa.

Optimistas de todos los rincones de ésta ¿Nación? ¿Federación de reinos de taifas? ¿Conglomeración de pícaros? ¿Sucesión de campos enladrillados y alicatados hasta el techo?... uníos. A ver si entre todos conseguimos enterarnos de lo que está ocurriendo. Tal vez alguien sepa por qué se marcha todo el mundo del PP. Y el que lo averigüe, que se lo cuente a Mariano Rajoy.

Que falta le hace. Dame una pista, dijo el despistado.