Zapatillas al chocolate para promesas incumplidas

El diputado noruego derechista, Ulf Erik Knutsen, ha cumplido su promesa hecha hace siete años: en su día, declaró a la prensa que se comería unas pantuflas viejas si los gastos de la nueva Casa de la Ópera, donde Merkel lució escote, inaugurada el pasado día 12, no excedían los 10 mil millones de coronas noruegas (300 millones de euros). Los gastos fueron mucho mayores. Y se las comió.

El día que Ulf Erik Knutsen, líder del partido noruego Partido del Progreso, decidió hacer una promesa con motivo de la construcción del nuevo espacio de la Ópera noruego, no sabía lo que hacía. Ese día, prometió comerse unas zapatillas, si la construcción del nuevo palacio de la ópera excedía la estimación inicial del presupuesto. Y, en efecto, así fue. Ya se sabe que las obras en palacio siempre van despacio. El exceso no fue de unos miles de euros, sino que, al final, el coste total de la operación fue de unos 500 millones de euros.  Y Ulf, como 'buen' político, decidió cumplir su promesa.

Anoche, en pleno prime time y durante una entrevista, le trajeron a plató unas zapatillas horneadas al chocolate. El político se comió, delante de las cámaras de la televisión estatal NRK1, una zapatilla horneada al chocolate. Ahí es nada.

Él mismo declaró:

_{"No sabía nada y no fue una gran experiencia. Me di cuenta de que estaban muy usadas, parecían las pantuflas de un abuelo."}

Las acalaraciones posteriores del diputado señalan que considera que sus palabras fueron malinterpretadas pues, según las opiniones realizadas a la agencia de prensa noruega NTB:

_{"Lo que en realidad dije entonces era que me comería mis pantuflas si costaba más de 10.000 millones, pero no la Ópera, sino toda la remodelación de Bjørvika", dijo Knutsen en referencia al puerto de Oslo sobre el que se erige el edificio.}

En definitiva, un ejemplo para nuestros políticos patrios...