La política debe ser una actividad tan dura que sus actores precisan asesoramiento. Los españoles suelen dejarse aconsejar por sociólogos pero los norteamericanos se guían también por religiosos. Se libra este año una batalla electoral en Estados Unidos que terminará por designar presidente del mundo. El hasta ahora desconocido para nosotros, senador McCain -candidato presidencial por los republicanos- dispone de su propio gurú espiritual: el reverendo John Hagee. Fundador de Cristianos Unidos por Israel, acaba de soltar una emponzoñada perla: habrá que invadir Irán, en ataque preventivo, para cumplir los planes de Dios. Lo profetizó la Biblia y ello propiciará la segunda visita de Cristo.
Los planes divinos, nos dice Hagee, fueron para Israel de quien es parte interesada- y para Occidente, que debió conocer el creador premonitoriamente. Al menos, la inclusión en la élite dirigente de un territorio lejano que se convertiría en país muchos siglos después, y que llegaría a ser después hegemónico. Claro que era Dios, y debía tener previsto hasta eso. Lo peor es que McCain se siente muy honrado con el respaldo de este clérigo.
Obama ha tenido que prescindir de su soporte espiritual y asesor en asuntos religiosos, el pastor Jeremiah Wright. Había venido cuidando su alma desde la Trinity United Church en el sur de Chicago, le casó y bautizó a sus dos hijas. Las declaraciones de Wright son calificadas de incendiarias. En un sentido muy distinto, por lo general, al protector espiritual del candidato republicano. Defensor radical de los derechos de los negros, se atrevió un día a maldecir a América. Ya en el 11S, culpó a la política exterior de su país de los males sufridos: Nosotros hemos apoyado el terrorismo de estado contra los palestinos y los negros de Sudáfrica, y ahora nos indignamos porque lo que hemos hecho al otro lado del Atlántico nos es devuelto en nuestra propia casa", dijo. También ha recordado que EEUU mató a mucha más gente en Hiroshima y Nagasaki, sin tan siquiera pestañear". Y tener un asesor de este talante, está muy mal visto si se quiere ser el Presidente de todos los americanos. ¿No son asesores, por cierto, sobre asuntos religiosos? ¿La religión incluye la política exterior?
Ellos lo eligen, pero el planeta entero se ve afectado, en realidad se decide quién va a ser, como decía, el Presidente del mundo. No fue lo mismo que George W. Bush se sentara en la Casa Balnca, en lugar de Al Gore. Miles de civiles afganos e iraquíes han muerto por ello, muchos sufren aún incontables penalidades. Se ha instaurado el militarismo y las ideas neocons, en vez del cuidado al medio ambiente, y algún estropicio de poca monta que, sin duda, se hubiera visto obligado a emprender. Todos deberíamos decidir sobre esas votaciones. En este caso, los iraníes especialmente: les va la vida en ello.
De llegar al cargo McCain, moverá las fichas que le marque un iluminado que contempla el mapa terráqueo como un juego de mesa, o de ordenador, al que puede dirigir sus bombas. Lo dijo la Biblia, hay que destruir Irán, porque así llegará de nuevo el Hijo de Dios. En realidad, lo protetizó y hay que echar una mano para que se cumpla el augurio. Y, por muy mentira que parezca, alguien muy poderoso- le presta oídos. Si no podemos acudir a las urnas, al menos habrá que intentar un nuevo orden mundial en el que el aleteo de un gorgojo demente no arroje huracanes de dolor sobre los pueblos.
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