¿Por qué llueve siempre en Semana Santa?

Los roscos, el potaje de bacalao, los buñuelos, las procesiones y la lluvia. Tradiciones de la Semana Santa. Pero, ¿por qué llueve siempre en estas fechas?

Después de recapacitar sobre esta cuestión largamente la respuesta se me antoja clara: A Dios no le gustan las procesiones. Sé que la afirmación anterior puede parecer una barbaridad a muchos. Pero reflexionemos un poco. ¿Le gustará a Dios la ostentación de riqueza que han desfilado estos días por las calles de nuestras ciudades?¿Los palios bordados en oro y los millonarios tronos?¿Las envidias entre cofradías? ¿El derroche de dinero en Su nombre?

Creo recordar que Jesucristo dijo a sus discípulos que lo recordaran mediante la ingesta de pan y vino. Es decir, de la forma más sencilla posible. No he encontrado ningún pasaje del Nuevo Testamento en que hable de invertir ingentes cantidades de dinero en construir fastuosos tronos y sacarlos de paseo una vez al año.

Por otro lado es bien sabido que a Dios no le hacía ninguna gracia la adoración de imágenes: “No tendrás otro Dios que a mí. No te harás esculturas ni imagen alguna de lo que hay en lo alto de los cielos, ni de lo que hay abajo sobre la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra” (Éxodo, 20,4)

Todo lo anterior no hace mas que reafirmarme: A Dios no le gustan los procesiones y la lluvia es la manifestación de su disconformidad. Habrá muchos que achaquen la meteorología a una mera casualidad. Pero ¿no es mucha casualidad que todos los años, indefectiblemente, llueva en Semana Santa, sea ésta a mediados de marzo o a finales de abril? Yo no recuerdo una Nochebuena lluviosa.