El ejemplo del Getafe

Tiene el duodécimo presupuesto de primera división con 36 millones de euros (a años luz de los 315 del Barcelona o los 306 del Real Madrid). Cada final de temporada sufre el desmantelamiento de media plantilla y algún equipo grande le arrebata el entrenador. Aun así, cada campaña  mejora los logros conseguidos la anterior. El Getafe es, sin duda, un ejemplo de coherencia y trabajo.

foto: www.getafecf.com

Cuando hace cuatro temporadas lograba el ascenso a la máxima categoría del fútbol español pocos apostaban por su permanencia. Un equipo modesto, presupuesto escaso, plantilla poco contrastada, entrenador bisoño (todo el bagaje de Quique Sánchez Flores hasta entonces era haber entrenado a los juveniles del Madrid). Sin embargo, contra todo pronóstico finalizó la temporada 2004/05 sin aprietos en mitad de la tabla. La buena temporada del club permitió a Quique a fichar por el Valencia.

La temporada siguiente el presidente, Angel Torres, apostó por otro técnico con poca experiencia, el alemán Bernd Schuster, cuya única experiencia en primera era con el Levante. El técnico teutón dirigió al equipo durante dos campañas logrando la temporada pasada jugar la final de la Copa del Rey, que perdió con el Sevilla, y la clasificación para la UEFA. Tras el fichaje de Schuster por el Real Madrid Torres contrató a un entrenador de parecido perfil para la presente temporada. El danés Michael Laudrup sólo había dirigido al Brondby antes de coger las riendas del club madrileño.

No solamente tiene que buscar el Getafe entrenador casi cada temporada. También han de recomponer el equipo, puesto que los jugadores tras pasar por el Getafe, como también ocurre con el Sevilla, se revalorizan y son fichados por equipos de más caché.

La receta para el éxito parece sencilla: por un lado entrenadores de poca experiencia pero gran proyección y gusto por el buen trato del balón. Por otro, una mezcla de jugadores solventes no demasiado cotizados (Sousa, Casquero o Celestini) y jóvenes con gran futuro pero sin minutos en sus clubs de origen (Granero, De la Red o Gavilán), con una pequeña dosis de veteranos en la fase final de su carrera pero con gran profesionalidad (Contra, Abbondanzieri o Craioveanu en su momento). Lo díficil es que tal receta funcione año tras año.

A día de hoy el Getafe está a 90 minutos de jugar su segunda final de Copa consecutiva (ganó en la ida de las semifinales al Racing 3-1). En Europa su juego ha sido alabado por todo el continente tras eliminar al Benfica en octavos de final. El sorteo de cuartos ha deparado el enfrentamiento con un hueso duro, el Bayern de Munich. Mientras tanto, lucha en la Liga por un puesto que le permita volver a Europa el año que viene.

Termine como termine la actual temporada, a buen seguro que este verano tendrán que volver a deshacerse de sus mejores jugadores. Laudrup ya tiene varias novias. Pero para el próximo año volverán a tener un equipo competitivo, un buen entrenador y jugarán un fútbol atractivo y práctico. No tengo la menor duda.