Ante el Debate

 Máxima expectación para el debate de esta noche entre los líderes de los dos grandes partidos. Fuerzas igualadas. Empate técnico. Los tópicos del día -a los que seguirán otros igual de previsibles mañana- enmascaran una pregunta crucial:  ¿Por qué un PP como el actual -calco del que perdió las elecciones hace cuatro años- mantiene tan altas sus opciones?

“Rajoy exige a Zapatero que pida disculpas "por las mentiras" de la negociación con ETA”, leo. Así afronta el candidato popular el debate, este lunes, con el presidente Zapatero. Acabo de ver, por pura casualidad, un reportaje de Informe Semanal -en el que participé- sobre el Yak 42, en la misma semana en la que sucedió el accidente en Mayo de 2003. Todas las pruebas apuntaban ya a lo que después se confirmó: el viaje ofrecía riesgos conocidos y sólo obedecía a la intención del ministro Trillo de ahorrar dinero en esa partida. Se habían producido más de 500 muertos durante la década precedente en los numerosos accidentes que habían sufrido aparatos como el Yak 42. Luego vendría la inconmensurable chapuza de meter los muertos a bulto y ponerles la primera etiqueta, y el primer ataúd, que encontraron.
Un partido que tiene en su haber el Yak 42, pero, además, los atentados del 11M, las reiteradas mentiras del 11M que ahora se echan al olvido, el apoyo a la invasión de Irak –cuyo último balance son 151.000 muertos-, que negoció con ETA, que sufrió 86 victimas mortales en atentados de ETA en su período de mandato, la poco airosa labor en el hundimiento del Prestige, por no hablar de otras “minucias”, debería estar debajo de una baldosa, rojo de vergüenza. Porque se presenta con el mismo equipo. Con el Ministro del Interior de parte de las legislaturas, Mariano Rajoy, en cabeza de cartel, con Trillo, Acebes y Zaplana.
Por el contrario, el PP tiene moral de victoria. Acusa al oponente de lo que él mismo ha creado: la crispación. Encuestas a ciudadanos, desmemoriados, hablan de que hay unos diez millones de españoles dispuestos a votar a ese PP. Y José Luís Rodríguez Zapatero dice que se conforma con empatar el debate. Algo ha debido hacer muy mal el presidente para llegar a las vísperas de las elecciones en esta situación. No se justifica sólo porque los ciudadanos miren su bolsillo y crean la versión del PP de que la economía va mal por su causa, porque ni siquiera va mal. Más aún, los países recién integrados en la UE se fijan en España para ver si logran lo que llaman su “milagro económico”.
No debería ser ése el clima ante el debate, no con este PP. El error es atribuible a Zapatero y su equipo –no se explica de otra manera- y a una parte de la ciudadanía que se levanta cada mañana como en la película “El día de la marmota”, con la mente en blanco sobre lo que sucedió el día anterior.
Lo que sí es cierto es que España -o al menos una parte de los españoles- no se merecen esta derecha. Porque hay otras que no sonrojan. La ideología de la cúpula que dirige el PP es residual en Europa. Sólo una debacle electoral de este PP, la regeneraría y nos situaría en Europa y en el siglo XXI. Lo dicen los periódicos extranjeros, lo saben hasta en el PP. El debate tiene un error inicial de partida: el único que parece ignorarlo es el PSOE.