El problema no está en los autores ni en los usuarios. Está entre ambos.
Señores autores, con todos los respetos. Señores intermediarios de la farándula, con más asco que otra cosa:
La "piratería" y la copia privada se parecen tanto como prestar un libro se parece a robarlo. Es fundamental informar a la gente y no confundirla. Afortunadamente, los mensajes amenazadores de su publicidad (ES UN DELITOOOOOO...) tienen nulo reflejo en la legislación vigente.
Si P2P es delito, entonces prestar un libro también lo es. Y sacarlo del bolso en el autobús, porque alguien puede leerlo por encima de nuestro hombro.
Ni el P2P ni la piratería están en la raíz del problema. Los autores no tienen ingresos porque unas cuantas sabandijas intermediarias se ponen las botas. Se hacen de oro multiplicando por diez el precio de lo que los primeros escriben. La solución a ese problema traerá la solución al problema del autor.
Cuando baje significativamente el precio final de la obra, todos compraremos originales y el artista vivirá dignamente de su creación. Pequeños inconvenientes:
Por otra parte... La presunción de inocencia es un principio básico del Derecho. Protege hasta a los peores presuntos delincuentes. Cobrar un canon "por si acaso" es como poner multa, quitar los puntos y retirar el permiso de conducir a un presunto conductor antes de que se suba al coche.
El canon en cualquiera de sus formas es nulo de pleno derecho. Si usted quiere evitar un uso determinado de sus obras, tiene que hacer lo mismo que yo hago para impedir que otros hagan uso de mis bienes. Ponerlos bajo llave o tras una valla. Y recuerde que me jorobo cuando me roban, porque la Policía no tiene medios para recuperar mis cosas.
Claro, usted quiere notoriedad, fama y fortuna. Pues pague el precio. Desarrolle medios tecnológicos que impidan el uso de su obra. Y luego consiga que todos los usemos. Pero hágalo limpiamente, sin apoyarse en monopolios y sin abusar de posiciones predominantes.
Ah, que eso no puede ser. Vaya, no va a tener más remedio que madrugar cada mañana... igual que yo. Mala suerte, primo. Al metro como todos.