Judíos ultraortodoxos celebran uno de los rituales que marca el 'sucot', festividad judía que recuerda durante siete días la penosa travesía de sus antepasados por el desierto del Sinaí, guiados por Moisés tras su salida de Egipto hace 3.000 años. Uno de los rituales de 'sucot' (cabañas cuadrangulares de lona sostenidas generalmente con vigas de madera que dan nombre a esta festividad) es la adquisición de cuatro frutos: una cidra ('etrog', en hebreo), una hoja de palma ('lulav'), un ramo de mirto ('hadas') y uno de sauce ('arava') que deben tener medidas y colores especiales. Los precios en los mercados de Jerusalén llegan a superar los 40 euros para aquellos sin imperfecciones y con certificado de calidad del Rabinato. Cada una de estas especies sirve para confeccionar un ramo con el que se recita una bendición, que simboliza que el pueblo de Israel sólo está completo cuando todos sus miembros unen sus fuerzas.
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