Si esta película no tiene todo lo que debe tener una comedia, que venga Dios y lo vea. La 'troupe' sandleriana (Schneider, Covert, Dante), a los que se sumaron Leslie Mann y Jon Stewart, al completo en estado de gracia; un niño que recogía sus escupitajos antes de tocar el suelo y cuya custodia llega a las manos de nuestro héroe de rebote; lucha libre; los Guns N' Roses, grandes dosis amor verdadero... y a la batidora. Si añadimos además un par de cenas en Hooters y el toque de necesaria ñoñez para atraer a todos los públicos, tenemos un fenómeno de masas que hizo que por primera vez Sandler trascendiera las fronteras yanquis.
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