Jesús Franco, Goya de Honor 2009, dedicó su premio a Juan Antonio Bardem. "Creo que no merezco nada, ni el Goya, pero lo acepto encantado", declaró el director. "Soy un enamorado del cine", añadió. Franco también dedicó el premio a su mujer, Linda Romay, a la Cinemateca de París ("donde podía ver todas las películas censuradas por el Franquismo") y a los "miles de chavalas y chavales que están con sus cortometrajes en el bolsillo buscando a alguien que les ayude a hacerlos".